lunes, 14 de junio de 2010

UNIDOS AL ABISMO, EN NUESTRA PATRIA BOBA


A dos siglos de nuestra independencia, esta patria sigue en ese estado de coma que cada vez nos demuestra más que no se ha salido de esa patria boba.
Un país sin memoria, que ha sacrificado a gran parte de sus idealistas, por el simple hecho de salirse de una línea de pensamiento que ha predominado desde aquella gesta liderada por unos idealistas por allá en el año de 1810. Pero esas vidas sacrificadas en rescatar un espíritu de dignidad han terminado en sangre derramada al caño del olvido. Hoy como muchos otros días, recordamos a grandes hombres paridos en nuestra nación, y que murieron con la esperanza de construir un lugar en el cual las brechas sociales no fueran tan largas y, en donde ante todo se rescatará la dignidad de ser colombiano.
Pero para frustración de aquellos que dieron su vida, este pueblo los llora por días y los olvida por siglos, por ahí de vez en cuando desempolvando recuerdos más por moda que por rescatar su memoria de ese olvido en que se vuelve toda causa distinta a la tradicional en Colombia.
Este país que se consume en la pobreza, en el aumento del desempleo, en la violación de los derechos humanos, y en la indolencia ante su realidad. Nos inventan cuentos de esperanza y nos sacan enemigos externos que sólo existen en las mentes manipuladoras que pretenden seguir idiotizando al pueblo con un discurso altanero de insultos y deslegitimación de los que no piensan como ellos.
Se han estigmatizado ideologías, como si ellas fueran las culpables del hambre y la miseria que pululan por los rincones del otrora país del Sagrado Corazón. Hemos polarizado a éste país, en el más deleznable deseo de dividir y reinar. Entorpecer a los ciudadanos con una buena dosis de pan y circo, y nosotros como los payasos más patéticos caemos redondos seducidos por la pereza mental que nos atrofia, dejando que otros hagan y deshagan.
Nos volvimos frías cifras para mostrar, o para hacerle campaña al cómplice de las fechorías, somos simples números, sacamos el pecho diciendo que se aumento el cubrimiento del sistema de salud, pero nos avergonzamos cuando vamos a un centro de urgencias de un hospital público o de una Eps tradicional, para darnos cuenta que nos tratan como cosas, que les importamos un pepino a nuestros gobernantes, que se regocijan entre el estiércol que hablan diciendo que este país está mejor que ocho años atrás, que el inversionista ve seguridad para asentarse en el país. Y les abrimos las puertas, para que entren a sus anchas robándose el agua de la que no tienen en Europa, cobrándola a unos precios que se salen de la realidad, y pagando unos salarios miserables que maltratan la dignidad de muchos de los mejores profesionales de nuestro país.
Un país lleno de atraso, con una infraestructura vial que parece que se hubiera detenido en el tiempo, con más de cuarenta años de negligencia y, ocho de dos mil quinientas promesas, mentiras y contratos a los hijos de políticos que como pasatiempo roban al país cuando no lo hacen como padres de la patria. Un país en donde cobran impuestos para salvar a los ricos, y carece de dinero para salvar la salud de los pobres, que se volvió negocio de particulares.
Pero que más se le puede pedir a un país indiferente en donde los pobres parecen más corruptos que los políticos que eligen y nos gobiernan. Y les digo corruptos, porque después de un escándalo como el de Ais (agro ingreso seguro), en donde se repartieron dineros a granel a los benefactores de un referendo que olía a podrido de lo corrupto que era. Pero nos lo tenemos merecido, por seguir como idiotas útiles, alabando a aquellos que nos tienen sumidos en la miseria y que se apoderaron de cada estamento del Estado, con la mentira y la tiranía, que desafía a la justicia y que cada vez más nos hunden más en la miseria de no reconocernos como un país al que se le perdió la ilusión de la dignidad y de hacer las cosas rectas sin atropellar a los demás.
Díganme ¿Qué otras cosas nos esperan? si el pasado 30 de mayo se contaron más de seis millones de cómplices de los falsos positivos, del desprestigio a las cortes, de chuzadas, de parapolítica y Yidis política, que se acostumbraron que fines justifican medios, sin saber que un día los atropellados pueden ser ellos o los suyos o tú o yo. Más de seis millones a quienes el país les importa un bledo con la excusa que se puede salir a pasear tranquilo, como si eso fuera lo único importante para hacer.
A un país con una población indolente, no le auguró un buen futuro, así que rumbo al abismo, unidos con Juan Manuel, ya que retroceder no es una opción.

1 comentario:

  1. me parece que usted en medio de su ensayo nos busca mostraruna realidad que vivimos hoy en dia pero que no hemos sido capaces de superar , despertamos para liberarnos de la oprecion pero el sueño nos gano volvimos a nuestras camas a descansar para dejar de pensar , no soportamos la presion de manejar un pais y es de admirar que usted se halla tomado el tiempo de criticar esto , es bueno ver que hay gente consciente de lo que sucede y que lucha por superarlo , la patria boba continua ....

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