sábado, 14 de julio de 2012

LA PENUMBRA DE LA EDUCACIÓN: los criterios y los fines de una evaluación instrumental


La espesa bruma de la noche había traído un fuerte olor a incertidumbre, las calles estaban solas, y el viento corría apresurado en busca de su destino de nada. La luz de la ventana se apagó y la casa quedó oscura, mientras ella estiraba sus piernas cansadas y sus brazos maltrechos por la jornada del día. Las cortinas de sus ojos se cerraron y se embarcó en un viaje de cuatro horas, que la llevó a la plaza de la capital, la multitud gritaba en medio de carteles y de frases en contra de las políticas estatales. Quinti con su mochila arahuaca empezó a entrar en medio de la gente buscando a su comadre Remigia con quien tenía la costumbre desde hacía más de cincuenta años de salir a cuantas protestas organizaban. Vio al fondo la cabeza blanca de su comadre y con el abrazo de siempre la saludó y le dijo: aquí estoy, dispuesta a luchar contra las políticas de esos politiqueros hijos de su madre y, Remigia sonrió alcahueta porque sabía que sus casi noventa años le habían quitado muchas de aquellas fuerzas vitales.
Comadre la verdad es que nuestros nietos están siendo educados mal o yo no sé para que, imagínese que ahora con tantos cambios de decretos para enseñar y evaluar a los muchachos se ha llevado a la educación a un tira y afloje que los niños salen así, no saben para dónde van, para qué pueden servir. Remigia le contestó Quinti, en las escuelas gracias a las políticas educativas están creando un tipo de sujetos o pelaos carentes de sentido. Según el artículo 5 de la ley general de la educación, se debe enseñar para que los muchachos sean sujetos íntegros, pero como se puede medir por ejemplo la capacidad o la competencia de los pelaos en lo que respecta a lo ético o lo moral. El problema es que todo lo quieren volver medición, análisis, resultado.
La mañana estaba fresca cosa rara en una pequeña ciudad donde a las seis de la mañana la temperatura rodea los treinta y dos grados, un paseo vallenato que critica la relación de los maestros con el Estado se escucha desde la tarima. Quinti, le dijo Remigia, así como dice esa canción es que estamos, nosotras que somos las gallinas de abajo estamos cagadas porque las gallinas de arriba sólo sirven para cagarnos, a veces cuando llego a la casa y veo las noticias me encuentro con que los estudiantes salen a protestar y me digo: carajo por lo menos hay algunos que tienen ese espíritu aún. Es necesario que las gallinas de abajo nos sacudamos, necesitamos que se enseñe a los muchachos a pensar para emanciparse de sí mismos primero, porque ellos están esclavos de las necesidades que les han creado, y luego del mundo, para que lo transformen.
El problema es que el currículo lo diseñan para todo lo contrario si se le pide a las escuelas que deben mostrar resultados en unas pruebas nacionales o internacionales, éstas en el afán de aparecer en una buena posición hacen del enseñar un mero instrumento para mostrar resultados medibles y fácticos, independientemente de lo demás.
Quinti que en ese momento se secaba una gota de sudor, le dijo: Remigia lo que se supone o más bien, lo que hacen las escuelas es un producto estandarizado llamado egresado, eso es precisamente a lo que se dedican y no es ilegal, ni va en contra del fin de la educación, porque en la ley general se remarca un fin instrumental y de reificación de los muchachos, limitados a ver la vida como mera temporalidad productiva, donde en vacaciones pueden disfrutar de algunos placeres, el resto del tiempo deben producir para ser útiles a la sociedad. Mira como en el numeral once del artículo cinco de la ley general dice que se debe enseñar para “La formación en la práctica del trabajo, mediante los conocimientos técnicos y habilidades, así como en la valoración del mismo como fundamento del desarrollo individual y social”. Al pelao hay que enseñarle para que trabaje, debe producir, como este es uno de los fines sólo por medio de una evaluación que mida las competencias para realizar una labor se puede conseguir tal fin y además, debe valorar ese trabajo para llenar de sentido su vida reducida al mero trabajar. Es una visión retrograda, esto fue lo que hizo Baxter el pastor inglés con los seguidores del protestantismo, crear un imaginario colectivo donde para alcanzar la gloria de Dios debían trabajar el mayor tiempo posible, y dicen que son políticas modernas, puro reciclaje.
Quinti, es que en todo eso hay una lucha que es aparente, porque entonces, los problemas que la sociedad tiene y que seguirán apareciendo más, eso es seguro, no se busca solucionarlos con la educación sino que la educación los fomenta en la medida en que pone en práctica las políticas estatales sobre la educación, ahora que tu hablas del numeral once se me viene a la cabeza lo que dice en relación a lo que estamos hablando el numeral nueve, sobre lo que debe promover el colegio: “El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica que fortalezca el avance científico y tecnológico nacional, orientado con prioridad al mejoramiento cultural y de la calidad de la vida de la población, a la participación en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas y al progreso social y económico del país”. Mira que las facultades mentales de los muchachos deben realizarse en prioridad a los avances científicos y tecnológicos, que tienen como fin mejorar la calidad de vida, el progreso social y económico del país. Ahí está claramente si la pretensión o el fin es instrumental la evaluación no puede hacerse de otra forma.
Lo que estás queriendo decir Remigia es que así como están las cosas una evaluación crítica es inaplicable o mejor no útil para lo que se busca con la educación en los jóvenes. Puede ser, a mi me parece que estamos en una sociedad instrumentalizada, donde somos meros objetos, y se requiere romper con esa concepción, de lo contrario estamos jodidos. Enseñar debe ser una cuestión critica y así evaluar desde una perspectiva critica, por lo tanto, se debe hacer un tipo de práctica subversiva de la enseñanza. Cuando digo subversiva quiero aclararte, no me refiero a hacer violencia ni a destruir nada, lo que quiero decir, es que necesitamos subvertir el orden de las cosas. Cuando se evalúa con el rendimiento o el aprendizaje con un formato numérico ahí queda sentado de entrada la visión que se tiene del muchacho.
Las voces se fueron diluyendo un golpeteo sobre las tejas de zinc anunciaban un aguacero que se precipitaría muy pronto. Quinti tomó la ponchera y la puso en la sala donde caía una gotera siempre que llovía, tomó la silla mecedora y se puso a fumar un cigarrillo piel roja sin filtro, los que fumaba desde hacia treinta años, con la luz encendida abrió los ojos y vio caer la gota que en sus cuentas era la número cien, tenía por costumbre observar las cosas con detenimiento sin importar el tiempo. Yo debo enseñar sin estar preocupada por el año escolar. A uno no le pueden exigir como a un fabricante de mesas que haga cien mesas en un determinado tiempo, los muchachos no son cosas, y cada uno tiene un tiempo para asimilar su experiencia educativa y su aprendizaje, se decía, mientras el tac de las gotas le recordaba el sonido sordo del tac del reloj del salón de clase.
Ahora debo lograr como sea, que máximo el cinco por ciento de los estudiantes sea el porcentaje de perdida en mi salón, gracias a esa dichosa ley. Con esa maña que tenemos de aplicar experiencias internacionales en nuestro medio, basados en los intereses económico-políticos de los organismos transnacionales, estamos haciéndonos cada vez más cosas de uso. El estado plantea que el niño que repite un año es una plata que se perdió en la educación del mismo, todo lo ve desde lo económico. Nos venden la idea de que eso es un mal para la sociedad porque ese capital se puede usar para la solución de otros problemas sociales, cuento, solo es puro cuento.
Sus manos se volvieron un libro y ella con una sonrisa de sorpresa y miedo leyó:12. La formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene, la prevención integral de problemas socialmente relevantes, la educación física, la recreación, el deporte y la utilización adecuada del tiempo libre, y 13. La promoción en la persona y en la sociedad de la capacidad para crear, investigar, adoptar la tecnología que se requiere en los procesos de desarrollo del país y le permita al educando ingresar al sector productivo, cerró el libro y se lo llevó a la cabeza, sintió de nuevo sus manos. Maldita sea gritó. Convirtieron la escuela en una fábrica, por eso allí todo es un proceso productivo. Ahora debo sentirme realizada si los pelaos al terminar el colegio consiguen un trabajo, esto es pura educación para la repetición de la sobrevivencia, se requiere que los hombres sobrevivan para que haya progreso económico y social, es decir, para que existan los mediocres y quienes sin dejar de ser mediocres mantengan el status quo con el poder. Freire tenía razón se requiere enseñar para que las capas bajas de la sociedad se revelen contra ese orden.
Aquí se encuentra el biopoder en toda su práctica, como apunta Foucault, la escuela siempre ha sido un mecanismo de vigilancia y castigo, y no ha dejado de serlo, lo que pasa es que ahora vigila la producción de egresados escolares, el título es el registro de excelente, buena o mala calidad, el producto sale para empezar a ser útil o lo que es lo mismo consumible por la sociedad. Con las políticas de los organismos transnacionales en cuestiones educativas se evalúan las competencias de los estudiantes en cuanto saber hacer, es lo que Hanna Arendt, llama el homo faber, éste no sólo es instrumentalizado, sino, que instrumentaliza todo a su alrededor. Es incapaz de llenar de sentido lo que construye por eso le es fácil destruirlo, porque reconoce con facilidad que todo aquello que es hecho por sus manos puede ser destruidos por ellas mismas.
En este orden de ideas, el estudiante se convierte en lo que Michael Foucault denomina el homo economicus, o el hombre empresa. Maneja su vida como ésta, desde el punto de vista de la producción analiza gastos, entradas, ganancias, etc., es decir, es un instrumento para el desarrollo económico del Estado, por eso la evaluación que se hace está más por el lado de la competitividad que del conocimiento. Ahora bien, se cuestiona el aprendizaje de conceptos, sin embargo, el conocimiento debe hacer referencia a la crítica como la entendía Kant, para que pueda contener un sentido antropológico, y de esta forma cuestionar si lo que se hace o existe es válido o no. Así la escuela dejó de ser un centro de enseñanza para convertirse en un centro de producción, la ley 230 es un ejemplo de esa visión fabril que se plantea en la educación, sacar el mayor número de jóvenes con sus estudios en primaria y bachillerato en el menor tiempo posible, rapidez y producción en masa.
Caminaba por la orilla del río con los pies descalzos, llevaba un vestido de flores rojas que ese medio día podía verse a lo lejos, gracias al resplandor eterno del sol. A la distancia vio acercarse a dos niñas que la saludaron con una sonrisa de campo, olió la vida y en ese momento recordó un video de un panel sobre la reforma a la evaluación en la educación, toda la discusión y por un simple número, creían haber cambiado sustancialmente el modelo evaluativo y que va, es la misma mierda, se dijo. Acostumbraba a usar palabras fuerte cuando algo no le molestaba. Sobre todo porque al final quedó la sensación de que el problema es responsabilidad de los profesores. Estamos bonitos se decía mientras caminaba, nos culpan de los problemas de la educación, ahora todas las mañanas hago la oración del docente pecador: yo confieso ante ustedes colegas y ante el ministerio de educación que he hecho de los jóvenes unos tontos, genuflexos, pendejos y unos objetos, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa, por eso ruego a santa María Cecilia y a vosotros colegas que intercedaís por mi ante el ministerio de educación, nuestro amo, señor y yugo. Amén, amén, amén.
Pero que culpable vamos a ser si lo que hemos hecho es aplicar al pie de la letra lo que dice la ley, que no nos vengan con el cuento que los pelaos no tienen sentido cívico, o que nuestra sociedad carece de valores si es que en la escuela eso es secundario. Que no salgan con el cuento de la identidad si no se enseña ni se evalúa para que el pelao se identifique con algo. Y salen diciendo que se debe enseñar para “El estudio y la comprensión crítica de la cultura nacional y de la diversidad étnica y cultural del país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad”. Con esos eufemismos baratos, engañan a los pendejos, creen que a punta de leyes y decretos mejoran esta vaina, partida de legalistas, que como buenos abogados llenan las páginas con terminologías rimbombantes.
La evaluación cuantitativa está para conocer que tanto sabe hacer el estudiante, no su capacidad de acción. Por lo tanto, lo que estamos haciendo es hacerlos cada vez más inactivos, pasivos. ¿no será que su falta de sentido por la vida está enraizado en esta forma de educar para el trabajo? ¿acaso ahora que se busca que los estudiantes sean más activos no terminan siendo más inactivos, que cuando según los críticos el estudiante era un ser pasivo en el proceso de su aprendizaje? ¿dónde radica esa indiferencia por su educación y esa apatía por el o los sentidos que tiene o puede tener su vida? Lo que pasa es que cada vez son más cosas y menos humanos, esa subjetividad de cosa es la que los lleva a que cambien constantemente, y es eso lo que hace que esta sea una sociedad como dice Bauman líquida. Sin embargo, en lo liquido existe algo que permanece, el problema que ahora todo es efímero todo se desvanece, por lo tanto, estamos ante una sociedad evaporada.
De allí que para que pensar en identidad en una sociedad evaporada y un mundo que se globaliza, para que hablar como aparece en el numeral 1 de los fines de la educación de: “El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos”. Si ya sabemos que todo eso es como dice Foucault una subjetividad que se le construye al hombre, de esta forma todo eso es un constructo. Lo de la identidad y la personalidad es una construcción social que busca que los hombres piensen de acuerdo al orden en el que se encuentran, bien sea en una sociedad capitalista, socialista o comunista. Por lo tanto, la educación al estar al servicio de los intereses sociales construye una subjetividad que satisfaga esos intereses, y la evaluación es la primera forma de totalitarismo que experiencian los pelaos cuando entran a una esfera pública como es la educación.
Mientras seguía el recorrido vio una multitud que se acercaba corriendo, despavorida y ella y sus compañeras de escuela detrás con unos bolillos persiguiéndolos gritándoles terroristas, reconoció el rostro de varios de sus estudiantes, y se detuvo en el rostro del estudiante que un día en clase le dijo: nos están matando con esta educación. El canto de los gallos en el patio la despertó, se levantó sobresaltada, empapada de sudor. Como pudo bajo sus pies de ochenta y cinco años y se puso las chanclas, el corazón le palpitaba. Mientras hay vida todo puede cambiar se dijo, abrió la puerta del cuarto, caminó por el corredor hasta llegar a la puerta metálica que daba al patio, la abrió y el sol empezaba a develarse encima de la serranía, lentamente, sin afán, como quien mira a alguien sin que lo detecten. Volvió a la casa entró al baño se lavó y luego se puso a hacer el café que se tomaría para luego barrer las hojas secas que los palos de mango habían dejado caer, se asomó por la cerca y los niños alegres se dirigían al colegio. Los saludó y ellos la saludaban, adiós seño Quinti, y con una sonrisa se dijo ahí va el futuro del país y el mundo, eso es lo que siempre se repite, que ellos son el futuro, pero nos hemos preguntado ¿cuál tipo de futuro? ¿cuál futuro? ¿ellos saben que lo que nosotros decimos es su futuro realmente es nuestro ahora planteado como necesidad que debe ser satisfecha?