sábado, 21 de diciembre de 2013

SÚCUBOS, MISOGINIA Y EL PROCURADOR EN COLOMBIA

Después de varios meses sin tomarme el atrevimiento de escribir nada de nada, quiero hacer un esfuerzo e intentar desdoblar el estado en que están las cosas en materia de política, digamos por caso Bogotá, y desde allí para el resto del país o del mundo si ustedes lo quieren. Hoy la ciudad anida en un silencio de alfombra rota o descocida, de vasija a punto de ceder y romperse para siempre, una vez más estamos frente al viejo retrato de cómo acostumbra cierto sector de la sociedad apoderada de la “ley”, el mosquete y la consigna religiosa, resolver los asuntos que a bien necesitan para desplegar su control de algún modo oscuro y perverso.

Por la plaza de Bolívar han desfilado hombres y mujeres que luego de ser fusilados o asesinados han sido reconocidos por esos mismos que los han acribillado como próceres y pro-hombres; en el país y la ciudad pululan por sus plazas o parques aquellos que fueron odiados y desprestigiados: Camilo Torres, Antonio José de Sucre, Francisco José de Caldas, Policarpa Salavarrieta, o el mismo Jorge Eliecer Gaitán, pues no quiero hacer de esto una lista póstuma, todos ellos perseguidos y encarcelados, torturados y luego eliminados de la esfera pública.

Lo único que ha cambiado un poco es el modo de operar de estos sistemas “hegemónicos” en Colombia, Benito Mussolini, por ejemplo encarceló y saco de la arena política a Antonio Gramsci en 1927 en Italia, mientras en Colombia se cuajaba la masacre de las bananeras ocurrida en 1928, pues recordemos que en esa época gobernaba el señor Miguel Abadía Méndez, un conservador de línea hegemónica y quién había traído casualmente una delegación Italiana que le ayudara a dar solución al problema de las revueltas y marchas de los campesinos en las bananeras al norte del país. A falta de un Abadía Méndez hoy existe un procurador que ejerce el oficio de tirano y santo enmascarado de delitos atroces y vejamenes en contra de las mujeres que estructuran este país. 

Para el sistema dictador de la Italia fascista veinte años en una mazmorra eran suficientes para que ese cerebro dejara de funcionar, me refiero a Gramsci, para el señor Procurador en el caso del Alcalde Gustavo Petro o de Piedad Córdoba 15 o 18 años son apenas suficientes para ejercer el asesinato político desde un escritorio, ambos casos tienen en común en que se les aplica a personajes que se mueven en la arena política de la izquierda, de la reivindicación de los derechos, de la inclusión social, del esfuerzo porque este mundo apeste menos, por lo tanto esta vieja práctica y táctica política del procurador se constituyen en esa peligrosa predisposición de los sectarismo políticos que hay en el país de ejercer su control desde el terreno de la venganza y la masacre ideológica, esa a que están acostumbrados en Colombia los señores del poder económico y religioso. Esos que aman su poder, odian a sus mujeres, y fusilan a sus hijos.  

Sin embargo los dados han sido lanzados y las apuestas ya están sobre la mesa, en la cuestión del Alcalde de Bogotá, esta está prácticamente zanjada. Para nadie es un secreto el horror que significa y representa el Procurador Ordoñez, una especie de súcubo que destila maldad y oscuridad, esa oscuridad que cobija a gran parte de las religiones en el mundo. La cuestión radica en cómo comprender las actuaciones de este funcionario, por ello sugiero que se relea atentamente el modus operandi de los manuales y consignas fascistas que inundaron Europa desde la edad media principiando con la inquisición y terminando en los regímenes totalitarios de Alemania, Italia, España y Rusia.

En la propaganda y cómo esta se articula con la “maldad” de algunas de las falanges “cristiano católicas”, podría estar la respuesta. Al tiempo que queda claro que en el 2014 todo los sistemas de propaganda tanto del Estado como de las fuerzas al margen de la ley estarán al servicio de esta camarilla para justificar y derrocar todo aquello que signifique un despropósito para sus planes de control económico y político. Y para aquellos que les encanta el vino y la cerveza, les recuerdo que está prohibido mezclar gasolina con alcohol. Y para aquellos que esperan un mejor 2014, que elijan bien sus próximos gobernantes, no importa que el procurador o el hampa los saque de la arena política.

Buen fin de año y un mejor futuro para sus hijos en el que viene, alejados eso sí de las misoginias religiosas de los súcubos del poder secular y religioso en Colombia...

miércoles, 1 de mayo de 2013

LA OLLA PODRIDA DEL 1ro. DE MAYO


En el día del trabajo de qué podríamos hablar, sino de sindicatos, de marchas, de obreros, de largas manchas humanas que van al centro de las plazas, por ahí, por las calles se descuelgan las momias de las luchas sociales, por todo el mundo, al menos la globalización nos acerca en las miserias humanas de Occidente con las de Oriente: españoles, griegos, franceses, italianos, chinos, tailandeses, coreanos, malayos, cubanos, chilenos, venezolanos o argentinos salen de sus pocilgas a beberse los últimos sorbos de una economía podrida y mal oliente.

Todos se juntan para recordarse que aún son materia monetaria, masa y tejidos adiposos que nutren el sistema financiero. Exigen, exigen, exigen, pero honestamente qué piden, acaso más dinero, menos horas de trabajo, un poco menos de esclavitud, la verdad -creo- y pienso en los que alguna vez lo hemos hecho, de ir como autómatas a nuestras propias ferias equinas, no sabemos exactamente qué nos mueve a hacerlo; sin embargo para nuestros pedazos de estómagos y de corazones, lo importante es que lo hacemos, ciegos y distantes lo hacemos “religiosamente”, a pesar de la circunstancias globales, el hombre confía en el sistema que los oprime, espera en que les lleven el pan a la mesa, en que les conviertan a sus hijos en embutidos renovados, en excrementos llenos de innovación  y competitividad que no les cause malestar existencial.

El juego de las mascaras, el deseo hecho pensamientos, así funciona la morada del arquitecto global, el dinero. Todos lo queremos, todos quieren su babas ácidas, sin importar su forma, lo deseamos, en piedras, en billetes imaginados, en barras de plomo o de oro, en pedazos de tela que nos hacen el mejor o los peores vestidos, lo queremos y lo deseamos en invenciones como las tecnologías, o tal vez, queremos al escurridizo dinero en forma de vacas o de lotes valorizados, sin importar la edad o el estrato, sabemos que nuestras desfallecidas carnes son el medio para tal fin, y para gozo de los avaros el Trabajo o la fuerza humana, es quien posee el secreto de las manzanas que el Rey Midas esconde bajo las sotanas o el abrigo de piel.

El trabajo es conseguir la dignidad suficiente para que dejemos de desear a quien nos arranca las entrañas, dignidad para no firmar el trato con quien nos roba el alma y las ganas de vivir, no pactar, por así decir, con el diablo nuestra propia decadencia moral y política. Deberíamos todos vivir como Emil Cioran, es decir, vivir nuestra única existencia humana sin ser devorados por el maquinismo global, sin mover un musculo que represente ganancia para alguien, volver al seno de nuestro más puro salvajismo y que sean nuestras entrañas las que nos devoren nuestra ultima gota de vida, de aliento, sin estremecimientos, sin espectáculos televisivos, sin hombres o mujeres valientes que nos ofrezcan sus miserias mesiánicas de la salvación o la redención.

Obreros, marxista, maoístas, izquierdistas, progresistas, socialistas, en fin toda esa especie de correlato dantesco del hombre masa, deberían quedarse en silencio sin volver a las plazas, a las fabricas, a los centros comerciales, a las calles, una semana es suficiente para que el sistema se rompa, y cuando todos los avaros se hayan suicidado volver a la tierra a dejar que ella nos devore, a que nos consuma de un modo distinto, vital, de un modo al menos decente, según sus propias circunstancias. Volver a la naturaleza sin cavilaciones desarrollista o progresistas, dejar de imaginar reinos y potestades, sistemas o principios: volver a lo que nunca hemos sido capaz de volver a ser: hombres o mujeres, espejos de la vida o de la muerte, principio y fin de un vida llena de vida o de unos brazos hechos para el Amor y no para la guerra.