lunes, 27 de septiembre de 2010

CORRELACIONES I


I
La democracia como un espejo perdido
Con la aparición de los modelos económicos y la supremacía de las potencias mundiales sobre todo en el comercio internacional de productos y servicios, al margen de las guerras y la violencia que se ejerce a través de los medios de comunicación, se ha empezado un ejercicio reflexivo por parte de filósofos e intelectuales en todo el mundo, después de caída de las Torres gemelas y un poco antes, su tarea ha consistido en repensar el momento histórico en la actualidad: para ello autores como Habermas, Negri y Michel Hardt; nos van a permitir reconocer cuáles son esos interrogantes que tienen la categoría o la influencia suficiente para que hoy día temas como: la guerra, el reconocimiento y las democracias liberales, sean vistas como los epicentros de donde se está generando un mar de intereses particulares por parte de las potencias mundiales. Estas potencias han desarrollado todo un mecanismo de relaciones que buscan implantar sistemas de gobierno tendientes a utilizar sus formas de pensamiento liberal con el único ánimo de entrelazar: economía, medios de comunicación y relaciones humanas al servicio de sus intereses particulares. De allí que Habermas vea en las diferencias de los agentes profundas desigualdades que: “solamente hay democracia si los ciudadanos, más allá de sus ideas y sus intereses particulares, pueden entenderse sobre proposiciones aceptadas sobre proposiciones aceptadas por todos” {La Política, p. 60}, estas proposiciones juegan en los discursos de habla un papel de carácter deliberativo, procesal, que solamente si se logran unidades de políticas fuertes entre los pueblos, podemos afianzar verdaderos sistemas de gobierno capaces de concentrar por fuera del interés capital un Estado que haga posible: “el compromiso, la tolerancia y el respeto a las minorías”{cf. La Política, p. 60}.
Sin embargo el caso de Colombia frente a las etnias, por citar un ejemplo, precisa de la constitución de 1991 una iteración entre lo que entendemos por “democracia”, o sea con la capacidad o la posibilidad que tienen los pueblos indígenas de elegir a sus gobernantes, con el exterminio de esas comunidades que precisamente el Estado “debe proteger” en todo el territorio nacional, es decir, asegurar un Estado en democracia obliga entonces, a propender por la seguridad del territorio que constituye el Estado como tal, o sea, territorio significa seguridad policial, y de ello la preservación de los recursos que los grupos económicos poseen en zonas donde existe riqueza minera o fuentes de agua. La democratización de los recursos naturales, los cuales están en zonas de resguardos, es por tanto, el principio de hegemonía que imparten los gobiernos de centro y de derecha, a la sociedad en general, bajo el amparo de los medios de comunicación, los cuales casi siempre se refieren a la bio-diversidad haciendo hincapié en las gran industria que se dedica a la explotación de los recursos del agua natural o mineral por ejemplo, como productos de consumo, donde el consumidor contribuye a la “responsabilidad-social” que el Estado ha dejado en manos de la gran industria para justificar finalmente una democratización de los recursos naturales al sector económico-consumista y publicitario.
El tamaño de la democracia depende entonces de la capacidad que tiene un sistema de gobierno de ejercer control desde las bases centrales de la institucionalidad pasando por el campo de la ideología, la cual casi siempre redunda en nuestra imposibilidad de instaurar un sistema nuestro de seguridad que no esté basando en modelos externos. Seguridad entendida, ya sea militarmente o desde la propiedad privada. Esto significa que los grupos minoritarios, los cuales lo son gracias a las distintas prácticas de control Estatal para asegurar los recursos a una capa social privilegiada, están siempre bajo el núcleo-panóptico del interés comercial y geográfico. La democracia funciona entonces como un murciélago que chupa metafísicamente la posibilidad de ser reconocidos como pieza fundamental en la estructuración del Estado a estas minorías, desconocer el pasado indígena, significa negar la posibilidad de sobrevivencia de cualquier cultura, lo anterior fragmenta el principio base de la fragmentada idea escatológica de la llamada vilmente “seguridad democrática” como una idea de identidad política, y esta a su vez se instaura en el seno de la propiedad privada; dar la cara a estos fundamentos formales de la autoridad militar no es otra cosa que ser victimas de la voracidad utilitarista e individualista en que la “democracia” colombiana busca someter a los grupos minoritarios a las exigencias del mercado y la moda.
Para autores como Negri y Hardt, este sistema de relaciones entre las potencias que unen sus esfuerzos en aras de constituirse como monopolios fuertes, dejando por fuera a la esfera política minoritaria, y al mismo tiempo al Estado subdesarrollado como espectro de una política ofrecida desde los laboratorios del poder militar extra-nacional. Sociedad y Estado entonces se convierte solo en un medio para fines ajenos a las voluntades particulares de pueblos indígenas, en nuestro caso, esto ha generado otro tipo de crisis que al igual que lo señala Habermas, crean profundas desigualdades, por tanto: “La crisis actual de la democracia tiene que ver no solo con la corrupción y la insuficiencia de sus instituciones y prácticas, sino también con el concepto mismo. En parte, esa crisis proviene de que no queda claro lo que significa la democracia en un mundo globalizado” {Negri y Hardt, p. 268}, la división reinante entre Estado y democracia, está a la base de que para la mayoría de los críticos, el ejercicio de los ciudadanos como piezas claves dentro del armazón Estatal no está siendo reconocida, es decir, el desconocimiento por parte de los agentes y el Estado es mutuo, aunque en la esfera de lo político se busque siempre empoderar las economías, con el atenuante de que un Estado fuerte y libre (soberano) puede brindar a sus ciudadanos mejor calidad de vida desde los bienes de consumo por ejemplo, pero a medida que se vende este tipo de ideas, el sistema democrático, como en el caso de los Estados Unidos, o países de corte social y liberal, se fragmenta, al tiempo que hace colapsar a quienes lo imitan mediocremente:
“Consideremos en primer lugar los argumentos socialdemócratas, según los cuales la globalización, definida por lo general en términos estrictamente económicos, debilita o amenaza la democracia. En esta línea se suele postular que, en interés de la democracia, los estados-nación deberían retirarse de entre las fuerzas de la globalización. En esta categoría figuran también las opiniones según las cuales la globalización económica es un mito, pero un mito cargado de una poderosa eficacia antidemocrática” {Negri y Hardt, p. 269}.
Por otro lado Habermas busca reconocer en este tipo de particularismos la posición que hay que precisamente sobrepasar, es decir, la idea autoritaria de cierto tipo de racionalismos de la democratización del derecho positivo en sistema instrumental para acercar cada vez más a las poblaciones indígenas a la corrupción de sus costumbres, y de eso modo poder eliminarnos política y étnicamente : “Estas son las dificultades que intenta superar Habermas; éste cree, además, en la posibilidad de encontrar lo universal en la comunicación a partir de las experiencias particulares alimentadas en el mundo cotidiano que viven los hombres, es decir, en su cultura” {La Política, p. 60}.
Si bien los sistemas de gobierno están a la búsqueda de salidas aparentes a los problemas que engendra la globalización, también es cierto que dicho interés radica principalmente en cómo solucionar problemas de tipo económicos esencialmente, aunque ello represente el descontento de sus ciudadanos, es decir, un doble espejo se nos presenta por ejemplo: “Frente a la crítica socialdemócrata de la globalización, pero todavía desde posturas políticas de izquierdas, tenemos el argumento cosmopolita liberal según el cual la globalización promueve la democracia” {Negri y Hardt, p. 270}, aquí radica el ejercicio al cual estos autores ponen en el ojo del huracán; en tanto que para ellos son los medios comunicativos los que sirven parcial o, directamente como argumentos de poder, hegemonización del capital finalmente sobre sus agentes, o sea, sobre la fuerzas de producción humana. En el caso de las grandes zonas ocupadas por las comunidades indígenas, se busca convertir esas áreas en sistemas de producción minera, turística y de investigación científica, minando así el recurso de la tradición y la atomización del origen en un simple pentagrama de la políticas globales, degenerando en el reordenamiento de los recursos naturales en simple monopolio de la gran industria global.
Si bien la democracia es el ejercicio de la política en todos sus niveles, generalmente, o actualmente en el caso de los Estados Unidos, Canadá, Europa etc. se percibe como la tras-humanización del poder del capital en un agente con conciencia propia, el cual es capaz de regular la vida de los pueblos, y lo convierte en un sistema que produce servicios que las personas consideran intrínsecos a ellos, y hacen creer desde el imaginario colectivo, a esos colonizadores industrializados, que son los dueños de esos recursos que precisamente involucran la estabilidad planetaria de todos los seres que la componen. En el sentido de que esos sistemas desarrollados asocian libertades individuales con trabajo, o en el peor de los casos con tenencia de riquezas materiales: “Esta posición, omnipresente en los grandes medios de comunicación, suele sostener que la globalización fomenta la democracia porque la hegemonía estadounidense y el dominio cada vez más amplio del capital implican, en sí mismos, la expansión de la democracia”{Negri y Hardt, p. 271}, vemos entonces hasta donde el sentido de demócrata implica ciertos rasgos, que nada tienen que ver con lo político propiamente, sino que se estructura en la fuerza del capital como el ejercicio del ciudadano frente a su comunidad, pareciera que los ejercicios de habla y comunicación caso de la política finalmente, estuviesen matizados por el avance del capital, es decir, mientras una comunidad no tenga suficiente flujo de capital, el concepto de democracia estaría blindado para ellos, en este respecto Habermas “Fundamenta que para que exista algún tipo de cumplimiento de las exigencias ideales del lenguaje y de una posible presunción relativa a los problemas público-estatales, es pertinente reconocer que para que exista salidas políticas, es necesario hacer uso en parte de la racionalidad existente”{cf. La Política, p. 61}.
Con el tiempo los procesos globales han ido permeando el horizonte de la voz pública, tal dificultad de los procesos históricos en cuantos sistemas de relaciones por medio del lenguaje o los ejercicios discursivos, “Habermas cree en el desarrollo de un proceso discursivo-procedimental, en los ejercicios democráticos de las ciencias y la filosofía política, con ello cree Habermas plenamente que se pueden constituir una sociedad holística, capaz de centrarse en la esfera de la opinión pública, con una visión de conjunto compelida y competente, en aras de centrar tanto un proceso democrático, como un programa lingüístico comunicativo, de corte neutral, por parte de una comunidad especifica”{Cf. La Política, p. 61}, para éste autor es claro que no se debe confundir los escenarios, por un lado de la política y por el otro el de las fuerzas del poder establecidas por un Estado. Tales cuestionamientos comunican que la guerra sólo busca establecerse por medio de principios liberales, o políticas conservadoras, ambas están hoy día subyacente en los medios económicos, propios estos de las corrientes globalizantes, que más que un estado de cosas, son más bien un sistema que intenta regular por medio de bloques o capas: el mundo. Pues, han usado como caballito de batalla un ideal, democrático, aunque:
“la democracia no es el simple rostro político del capitalismo, ni un régimen de elites burocráticas. Ni tampoco resulta de las intervenciones militares que se traducen en cambios de régimen, ni de ningún otro de los diferentes modelos actuales de , que generalmente se sustentan en algún tipo de caudillismo latinoamericano y que han demostrado ser más eficaces para crear nuevas oligarquías que sistemas democráticos”
La cuestión que se devela de todo este aculturamiento global, es la face crítica que hay detrás del régimen totalitario y económico a saber: que como imágenes representativas de la legitimidad de un Estado frente a otro, se quiere instituir medios de coerción, con el viejo pretexto de salvaguardar la integridad de unos, a costa de otros, este es en primer momento lo que considero como un sistema de valores, que la nueva política liberal viene imponiendo a los gobiernos, o que los sistemas globales se alían con los distintos Estados para ejercer control y desarrollo sostenibles para sus economías, en segunda instancia, las sociedades deben convivir en medio de las diferencias, porque detrás de las dificultades se encuentran los peligros por ejemplo que los bloques de amigo/enemigo hacen para ejercer violencia, para desplegar control y dispositivos de manipulación política y económica a gran escala, Estados Unidos o la Unión Europea por ejemplo, frente a la comunidad asiática en la guerra por los mercados, o la institución de políticas armamentista con la figura de que están ubicados en la categoría de eje del mal, mueven todo su aparato militar para ganar espacios en la repartición geopolítica del mundo; de ahí que para los gobiernos liberales tales políticas del reconocimiento están fundadas en el sentido de amigo/enemigo en ese orden de ideas: “La democracia pura tal vez resulte atractiva en teoría, reza este argumento, pero es relativamente débil en la práctica. Solo combinando la democracia y la representación se obtiene una sustancia lo bastante estable y resistente, más o menos como cuando se mezcla el hierro con el carbono para obtener el acero” {Negri y Hardt, p. 282}.
El estructuramiento de los mercados cada vez involucran más a los sectores geográficos que durante siglos están habitados por comunidades que se resisten a la devastación del medio en que viven. Y que para desgracia de ellos y de todos están poblados de recursos mineros necesarios para el avance de la industria militar, comercial y técnica. Dicha sustancia que permite que la democracia se amalgame con la representación como elemento necesario de la tabla periódica de la historia, en el caso de Colombia, está o lo vemos en el necesario avance de la fuerza militar en los territorios que siguen ocupados por los grupos armados ilegales, los cuales son un tropiezo en la toma de poder de las regiones y los recursos que ellas poseen y que son necesarios para las comunidades científicas y económicas de las potencias europeas. Es decir, dicha sustancia no es otra cosa que el control militar, secular, y político de los regímenes de transición democráticos caracterizados por la firma de acuerdos y de concesiones regionales para la explotación de los recursos no importa su destino global y económico. Lejos estamos entonces de consensos, quizás capitalistas donde el orden lo impone un sector del mundo y otros obedecen sin importar sus razones de obediencia.
Continua...

CORRELACIONES II



II
En los confines del capitalismo
Los espejos se hacen añicos
Y volviendo al caso de Colombia es claro que la seguridad se instaura como principio rector de la realidad actual, donde el ejercicio de la violencia deambula ejerciendo control por si sola. Me explico: las armas no sólo están en poder de los grupos insurgentes, cualquiera que sea su carácter, las armas finalmente, las que pueden hacer verdadero daño, están en poder del gobernante, y este gobernante hace parte de un escala de poder, la cual siempre apunta al iceberg económico, por tanto, al desplazar a los grupos que se asientan en zonas de yacimientos de recursos mineros y naturales, no significa propiamente por parte del Estado salvaguarda la institucionalidad del derecho y la ley que prima en la constitución, sino que desemboca en un factor mucho más complejo, o sea fortalecer democráticamente a la esfera global de la economía a gran escala, bajo el pretexto de endurecer la estructura del Estado sacando de esos territorios no sólo a los grupos insurgentes, sino que eliminan por medio de las armas de gran poder destructivo a los grupos étnicos que están asentados en esos lugares que hacen parte de la gran geo-política ambiental de los países que menos les interesa la protección de esos ecos sistemas que buscan explotar por todos los medios posibles. Tales países dejan entrever un ejercicio de contrastes totalitarios al acuñar en aras de la soberanía y la democracia elementos propios de las ideologías fascista términos como amigo-enemigo, al referirse en términos coloquiales a los adversos de la patria desde los medios de comunicación y las plazas públicas.
Trabajos como los de Carls Smith, nos dan luces sobre esta categoría amigo/enemigo, pero más allá de una democracia institucionalizada, ni el socialismo, ni el conservatismo ingles, han podido desligar la vertiente moral o la religión de la esfera pública, comunidades como los Monos Blanco, mencionados en el texto de Negri y Hardt, convienen en la medida en que sirven para evidenciar la falencia o la falta de interés en recocer en los pueblo indígenas los únicos capaces de interactuar con el medio ambiente sin destruirlo totalmente, defender la soberanía de estos territorios los cuales -ya hacen parte- del mapa económico global, le ha significado a los pueblos indígenas el exterminio y la secularización de sus tradiciones; este ejercicio (el uso de la no-violencia) a consagrado una nueva forma de resistencia civil para frenar el uso de aparatos de guerra en la lucha por ganar poder y legitimidad política usando todas las formas posible de ejecución de las tácticas de desaparición forzada y desplazamiento, y, a esto le denominamos democratizar a los que democráticamente existen en la estructura del Estado.
Si bien he mencionado a Habermas es sólo por que este señor, fiel misionero de los totalitarismos disfrazados en occidente y Europa, procura asegurar a tantas lecturas mal hechas de Kant un sistema que legítima el control y la supremacía de los gobiernos fuertes, cuando precisamente Kant está previniendo de ese tipo de tesis abiertas a que el Estado se convierta en mercader de las libertades y pasiones humanas. Habermas ayuda a determinar que el Estado Moderno no es otra cosa que la instauración de un aparato que fija un precio a todo lo que se le antoje mercancía, y que no hay nada que se le escape porque hasta el infierno esta vendido. Pero no por ello esta determinando que este tipo de acciones como modelo de apertura hacía la globalización del hombre tiene que frenarse, sino más bien que hay que afinarlas para que funcionen correctamente, institucionalizándolas, democratizarlas y finalmente ponerlas al servicios de un grupito que sea capaz de desarrollarlas y situarlas en practicas tal como la hace la iglesia al instaurar las verdades eternas de Dios como inviolables y fácticas.
El Estado moderno, no es otra cosa que la gran ideología que desde la moral ha superado al mal mismo, intento decir y demostrar que gracias a esas teorías comunicativas o discursos legitimantes, Habermas propende, por consolidar a ese Estado que se homogeniza más, y que gracias a esa rigidez se puede hablar de aldea global; Simplemente trato de demostrar que la democratización de las instituciones es el primer paso al sometimiento de las sociedades cualquiera que sea su origen, en sistemas al servicio de la economía y esta a su vez como mecanismo de control de los estados democráticamente más desarrollados militar y tecnológicamente. Por tanto siendo dialógicamente -más Habermasiano que indígena- en este sentido dicho señor propone: “una política deliberativa que tiene dos aspectos, el primero se ubica en la esfera pública, donde surge un poder comunicativo, que opera como una red plural, abierta y espontánea de discursos entrecruzados de los diferentes actores ciudadanos deliberantes. En el otro sentido la esfera pública opera en un marco de derechos básicos constitucionales. Ambos aspectos, a juicio de Habermas, sirven como una regulación imparcial de la vida común y el respeto por las diferencias individuales de los diferentes sujetos colectivos, y de la integración social de los grupos humanos” {cf. La Política, p. 65}.
Las anteriores categorizaciones del mundo actual crea una visión amplia de cómo se están tejiendo alrededor del mundo sistemas racionales, que intentan responder a las duras tareas que actualmente el hombre se sigue planteando. La libertad y el bien común siguen siendo temas deliberativos que se enmarcan dentro de las agendas de los gobiernos alrededor del mundo, quienes buscan cerrar, aunque sea a medias, la brecha existente entre los países más poderosos y los que seguramente continuaran siendo los medios para sus fines capitalistas. Esto quiere decir, que la institucionalización de los recursos ambientales, punto capital en la agenda global, está enmarcada en la necesariedad como diría Jaspers de construir un modelo que propende por esquematizar conductas de habla donde el mejor postor se lleva la mejor parte y los pueblos menos aptos para dialogar entre sí, son los medios para que los fines políticos-económicos sean la base del desarrollo a gran escala de los países desarrollados, quienes equiparan los modelos industriales a la cosmogonía del resto de los habitante del planeta, y los hacen simples experiencias del pasado mítico con cualquier cultura ancestral, volcando de esto modo el recipiente de la democracia en agua esparcida por las cañerías de la refinaría que cada vez hace del hombre Latinoamericano un pequeño burgués que jamás aprendió a usar zapatos en cuero, ni lanzas, ni cuchillos contra sus enemigos verdaderos.
Sólo podemos encontrar fuentes que nos permitan franquear las oleadas de las corrientes globalizantes, no a partir de conductas de hablas, pues todos tenemos esa capacidad, sino una que permita destruir los casquetes de la universalidad política, la cual aclare y permita ver o desdibujar al Estado Moderno como el único modelo capaz de funcionar como una maquina perfecta, es otra cosa, es una variante en el camino de la razonabilidad de la razón, pues, para poder hablar de democracia, tenemos que empezar primero por dejar manifestar nuestro pasado cultural, y segundo escapar a la ideologización de la libertad como principio del derecho positivo, sino pensar más bien que la libertad humana nace como la facultad personal de interactuar libremente, y desde allí, quizá, “asociarse, bajo organizaciones o movimientos que emerjan más o menos espontáneamente desde las esferas de sus respectivos problemas e intereses, es por ahora una cuestión a tener en cuanta, pero que los transmitan de manera amplificada en la esfera de lo publico en materia de consensos, aunque los consensos terminan convirtiéndose finalmente en sistemas hegemónicos capaces de destruir cualquier acto político, dando paso a totalitarismo emergentes; y si se utiliza este medio, -el de las teorías comunicativas-, que sea entonces para que surjan hechos revolucionarios que cambien el curso de las cosas tal como ahora están planteadas desde la esfera de la seguridad y la democracia liberal”{cf. La Política, p. 66}.
Dicha ruptura con el salvajismo democrático de la razón es, tal vez, una apertura hacia un nuevo escenario de la política en Colombia, la “democracia” ha sido una religión de partidos, y un estrecho camino donde se juntan los pies para continuar el sendero trillado de la hegemonía social y política de los herederos del poder, y los capitalistas que se dedican a mercadear con los recursos del Estado; si bien -¡aquí¡ el Estado es una propiedad que se hereda, los que lo administran reconocen en dicho proceso de gobernabilidad tener muy claro cuales son los intereses económicos más que políticos que los envuelve, desde un sector del desarrollo capitalista en Colombia se construye dicho proceso, es decir, la base para fortalecer la democracia, significa que países desarrollados tenga mayor acceso a la conducta social de los agentes democratizados en todo el territorio nacional y de este modo se hace más fácil su dominio hegemónico y cultural. Esto es lo que se entiende en Colombia por fortalecer la democracia, es quitar a un grupo de personas de un lugar específico y dejar que otros con mayor capacidad de dominio ejerzan el control. Esto genera miseria interna, y cuando un pueblo experimenta la miseria se hace hijo de sus circunstancias, las cuales lo hacen fruto de moliendas y abono para los olivares de los reyes en el mundo.
Mucho se ha hablado de corrientes políticas en los escenarios internacionales, que intentan hacerle cerco a los desmanes de la globalización afirmando que la lucha por tener un planeta cada vez con más opciones de vida para quienes lo habitan, se cae cuando un país como los Estados Unidos, se niegan en firmar el tratado de Kyoto. De ahí que una política del reconocimiento envuelve también el orden de los principios de libertad para todos, pero a penas surgen compromisos a nivel global como la no contaminación de los mares, o reducir los altos índices de contaminación ambiental, países como Estados Unidos, dejan ver que sus políticas liberales y sus nociones de democracia, son apenas los medios que utilizan para poder persuadir mercados y abarcar continentes enteros con políticas de industrialización y desarrollo, con el respaldo de los medios masivos de comunicación, quienes también están al servicio no para informar o alertar a la voz pública, sino que utilizan todo el poderío que tienen para continuar generando violencia al servicio de las potencias mundiales. Parecería que no existiese posibilidad alguna para encontrar consenso a nivel de los medios de públicos, ojala dichos consensos se tarden lo suficiente porque sería afianzar más los medios publicitarios como la nueva herramienta del totalitarismo a partir de la moda y los servicios informáticos: medios amalgamados a los grupos económicos que bajo el signo de la voluntad utilitarista de las masas se convierte en la nueva cristianización del mundo latino. La victima finalmente, - el ciudadano común-, se constituye en punto de equilibrio entre los que gobiernan, el poder económico y la sociedad civil.
Finalmente la pregunta de si es posible una democracia, queda suspendida en el ámbito de los códigos de habla que muy sutilmente dominan quienes desde la modernidad han hecho de los espacios públicos, sistemas tanto económicos como políticos, para usufructuar en los mercados globales, grandes e importantes sumas de capital; la democracia tal como la entendía el griego en la polis es, a luz de nuestro tiempo un simple remedo que ha perdido todo posible horizonte de llegar a globalizarse masivamente, en ese sentido, y según Habermas, Negri y Hardt, podemos hablar de democracias, siempre y cuando todos los agentes puedan desde el ámbito de lo público ejercer la voluntad del pueblo en espacios que permitan entrañar el viejo anhelo platónico, o aristotélico de una sociedad que tenga como eje principal la vida buena, por tato, y quizá exista democracia en comunidades muy reducidas, pero globalmente lo único que se puede instaurar son medios masivos de comunicación que alejan al sujeto de su entorno social, y lo ponen al servicio del capitalismo, quien finalmente toma todo y lo convierte ahora si, en bienes de consumo global, es decir, la democracia es el sistema mediante el cual se instaura una especie de totalitarismo donde el poder-dominio hace de los ciudadanos formas difuminadas para que exista la hegemonía de una gran capa social-desarrollada sobre el resto de los pueblos, en este caso subdesarrollados. Y las teorías políticas no son más que herramientas bases para el dominio de las clases, y la integración del hombre Andino al mundo hispánico, y a nuestra cotidianidad se hace cada vez más un remoto punto en el espacio de las ideologías sociales de la cosmogonía americana.

domingo, 26 de septiembre de 2010

RECORDATORIOS


El punto...

Ahora, en la alta curva de la noche que se descuelga por las paredes de esta odisea temida y peligrosa, espero salga el sol en la mañana también para mí, pues, después de una larga penumbra en el pensamiento europeo, se logró por fin un punto, y este punto surgió a medio camino, en la filosofía de occidente, es decir, se presentó cuando Kant hizo la torsión, el giro, el quite a la cosa del dogmatismo imperante en la rancia esfera de la conciencia aún feudal de aquellos tiempos, pues, se tomó como inicio, como partida lo que había hecho Copernico en el campo de la ciencia, es decir, el objeto dejo su tribunal y paso a ser objeto ahora de análisis, de estudio, de investigación. Por ello nos dice Schelling “Con Kant surgió la aurora, qué extraño, pues, que aquí y allá haya quedado una pequeña niebla en un valle pantanoso, mientras que las cimas más altas ya se encuentran bajo el resplandor del sol” [carta N° 10]; esta niebla quizá no sea otra cosa que la teología, o mejor aun la iglesia como institución y como rectora en la construcción del pensamiento a través de la conciencia colectiva. De allí que Schelling nos diga en la misma carta;
“ A menudo, indignado por el abuso de los teólogos, he querido tomar refugio en la sátira y reducir íntegramente la dogmática, con todos los anexos de los siglos oscuros, a los fundamentos prácticos de la fe; pero me ha faltado el tiempo y, sabe Dios, si una vez que hubiera acabado la sátira no habría sido tomada en serio por la mayoría, de tal manera que, ya en mis años mozos y por lo menos en silencio, habría tenido el gozo de brillar como una lumbrera filosófica”. [N° 10]
Entiendo que a partir de aquí empieza a surgir la cuestión de lo que ahora nos interesa a saber: aquello en lo cual se fundamenta el pensamiento al menos hasta aquí de Schelling/Hegel, o sea, razón y libertad. Y para que podamos irnos hacía las nuevas fronteras de la razón del idealismo Alemán se tiene que partir de lo incondicionado nos dice Schelling, y este incondicionarse, -cree él- sólo puede lograrse cuando se resuelva la pregunta, es decir, si este incondicionarse radica en el Yo o en el No-Yo, para mi dice Schelling, “el principio supremo de la filosofía es el Yo puro y absoluto, es decir, el Yo en tanto que no es más que Yo, que aún no está condicionado en modo alguno por los objetos, sino que es puesto por la libertad” [N° 10], pues, es en la libertad donde los objetos –estimo- logran su estar en el mundo, es allí donde se logra el despliegue de lo incondicionado al no estar limitado por los objetos el Yo, supera su estado de irracionalidad a donde lo han conducido la ciencia de la religión, o sea, a lo no dado como fundamento del existir mismo de la sustancia. Sustancia que para Spinoza y luego para Schelling, es entendida para el segundo, como el absoluto logra salirse de su estado de contradicción, yéndose hacía lo indeterminado.
Es entonces, en la esfera práctica donde esta razón del absoluto lograría su estadio más alto, su cumbre, su nivel más propio para que el hombre vuelva a mirar al mundo con los ojos que de tiempo atrás fueron maltratados por el dogmatismo religioso. Y para ello había que dislocar el principio de finitud de la conciencia humana frente, a Dios. Esta nueva manera de conducirse por los parajes de la filosofía nuevamente como la rectora de los fundamentos antes perdidos tenía que surgir de; “lo que era imposible para la razón teorética en vista de que ha sido debilitada por el objeto, lo hace la razón práctica”, es decir, lo que para Schopenhauer, vino a ser la cosa en sí: la voluntad. Se torno para Schelling en el fundamento de su filosofía, puesto que para el Yo absoluto, o sea Dios, no puede reducircele a un objeto, pues dejaría de ser absoluto:
“Por consiguiente, no hay un Dios personal, y nuestra máxima aspiración es la destrucción de nuestra personalidad, es el paso a la esfera del Ser que, sin embargo, nunca jamás será posible; -de ahí que sólo sea posible un acercamiento práctico a lo absoluto, y de ahí- la inmortalidad” [N° 10].
Más adelante Hegel le responde a Schelling: “Del sistema Kantiano y de su máximo perfeccionamiento auguro una revolución en Alemania que partirá de principios existentes y que sólo requieren de ser totalmente refundidos para ser aplicados a todo saber actual” [Carta N° 11], hay aquí una respuesta y esta repuesta nos va conduciendo como Ariadna al minotauro, es decir, a la razón entendida desde la libertad que tienen los objetos para manifestarse, siempre desde una conciencia absoluta que les permite ser. Pero este imperativo de la libertad tenía sus achaques, y estos a su vez se manifestaban así dice Hegel: “La religión y la política ha jugado bajo el mismo techo; aquélla ha señalado lo que el despotismo quería, el desprecio del genero humano, su incapacidad de hacer bien alguno y de ser algo por si mismo” [N° 11]; se abría entonces, un nuevo horizonte para la filosofía y con ella su estarse en el mundo como ciencia que también debía tener los mismo principios a saber , de ser un saber absoluto al igual que Dios como constituyente del mundo, y no ya como un imaginario de la razón, sino como un principio de dominio de la voluntad humana.
Vamos y continuamos de camino al asunto que nos aqueja, pues, la razón y la libertad estaban según parece amarrada al libro de los tiempos –la Biblia por supuesto- , aunque los vientos después de la reforma luterana no estaban del todo desempolvados, sí había, un nítido interés por subsumir todo lo que la revolución Francesa estaba dejando como estela en toda la Europa central. De allí que de las cartas de nuestros amigos Schelling y Hegel, podemos al menos dilucidar que para ambos existía un vivo interés por erradicar del suelo Alemán todo aquello que produjera modorra en los espíritus “Resulta inconcebible constatar cuanto daño ha causado este despotismo moral; de haber durado unos años más, habría oprimido la libertad de pensamiento en nuestra patria más profundamente que cualquier despotismo político” [Carta N° 13]; pero mi pregunta es: ¿qué es eso del ir más allá del ser moral ?, se puede responder según la carta 13 de Schelling a Hegel, la humanidad, el universo de los espíritus libres estaba en crisis, en peligro de ser tomada en su ultimo reducto por la moral teológica; “La ignorancia, la superstición y la efusividad se habían ido poniendo paulatinamente la mascara de la moralidad y, lo que es aún más peligroso, la mascara de la Ilustración” [N° 13], había por supuesto que desbordar esos limites impuestos y sobrevolar el viejo imperio de la razón, ahora con ojos de águila para tener la certeza de todo cuanto se entendía como fenómeno de la Ilustración y el lastre de la escolástica Aristotélica.
En este sentido, la intención que subyace en los escritos de Schelling radican en su fuerza de voluntad, en su acercarse al mundo, yendo a los asuntos mismo de la moralidad de su tiempo, se creaba entonces una necesidad superior de construir un sistema que fuese capaz de revolucionar el pensamiento de su momento, de su nación, de todo el orbe del mundo occidental, dice él, “Ya no se trataba sólo del conocimiento, la inteligencia y la fe; lo que estaba en juego era la moralidad: nunca se hablaba de enjuiciar conocimientos o talentos, sólo se juzgaba el carácter” [N° 13], vemos entonces, puesto que el velo de Maya, estaba por todas partes, en todos los lugares y en todas la ciencias, no faltaba sino que surgiera el pensamiento capaz de hacer, como diría Nietzsche mucho tiempo después, un pensamiento que unido a él fuese capaz de crear una colisión de conciencia, y está colisión estuvo en cabeza de Schelling, Hölderlin y Hegel, pues, la historia era más que un simple recoveco, que era necesario trazar para ilustrar los momentos ya pasados. No. Según Schelling era necesario tomar como punto de partida la idea del Yo absoluto, para luego poder entender que la historia es la totalidad de lo que somos y de lo que seremos, pues, Schelling comprendía que en la historia se hallaba el despliegue de la autoconciencia.
Mas adelante Hegel reitera este punto en la constitución del sistema que se pretendía desarrollar, es decir, él creyó haber descubierto en los escritos de Schelling [cf. N° 14], una luz que al final brillo cuando hubo logrado la Fenomenología del espíritu. Pero en esa misma carta Hegel sabe y reconoce “que el fracaso de la razón y su sobrevuelo por encima del Yo se fundaba en su sentido de no haber cambiado nada en el tratamiento que de Dios se hacía y que se tenía como medio” por ejemplo: la fe. [Cf. N° 14]; pues, la autoconciencia al no estar determinada e incondicionada, sólo podía desarrollarse a partir de la libertad, y esta libertad, estribaba decía Schelling en la posibilidad de un Yo, como rector del mundo, pero estando en el mundo a través de los fenómenos, pues este era uno de sus objetos. En este sentido de cosas, la razón y la libertad estuvieron bajo el peso de la teología, y para desentrañar ese reino era necesario derrumbarse y que se fundase una nueva Iglesia invisible, que estuviese ahora sí, los pilares de un idealismo Alemán vigente, es decir, El Arte, La Ciencia y La Filosofía, como fundamentos lógicos de los cuales surgirían todos los demás sistemas de la conciencia universal, ora espíritu, ora Yo, y para ello se tuvo como punto... de arranque la revolución Francesa de 1789. ¿Cuál debe ser nuestro punto actual?, quizás la cosa está por los lados del bio-espacio, la violencia, la educación, la política, los partidos… pero más allá de la respuesta, está el punto nuestro, es decir, la cuestión por nuestras propias preguntas.
Bibliografía
Correspondencia Completa: Schelling – Hegel. Traducción de Raúl Gutiérrez y Hugo Ochoa.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

DEPENDENCIA Y CONTROL




Esbozos del principio hegemónico en Colombia


Desde el momento en que Cristóbal Colón se topo con lo que hoy se denomina las Américas la historia de nuestros territorios no ha cesado de contarse. De ahí que para el siguiente trabajo haremos un acercamiento crítico de cómo se desarrolló al interior de Hispanoamérica algunos de los momentos decisivos de la América española y cómo el capitalismo incipiente se fue desarrollando hasta encontrarnos con el fenómeno del cultivo de café en Colombia, el cual nos permite rastrear cómo la economía se convirtió en el elemento central del espíritu de una Nación dejando a un lado todo aquello que desde la revolución Francesa se promulgaba en todas las vertientes del continente: Fraternidad, Libertad e igualdad.
No es un secreto que quienes estuvieron detrás de la independencia de la Nueva Granada buscaban un fin especifico (Inglaterra) principalmente, es decir, que más que una autonomía para nuestros pueblos, lo que realmente estaba detrás de ello era el cambio de un poder a otro. España por aquel entonces (1800 y siguientes) se sumergía cada vez más en su incapacidad de seguir ejerciendo su dominio trasatlántico, de ahí que para Inglaterra país ya emergente con una revolución industrial óptima y con fines de crear dependencia de nuestros pueblos hacía ellos, empezaba aliarse con las poblaciones americanas para que gestaran su independencia, cuyo fin único era ejercer control comercial y de sometimiento económico: “[…] los comerciantes y terratenientes criollos se sublevan contra la imposición de un rey extranjero en unos casos o aprovechan la situación para colocarse del lado de Francia y romper los lazos con España, o alimentan sus esperanzas con Inglaterra y actúan de idéntica manera”[1] se actúa de idéntica manera, porque todos estos países de origen extranjero buscaban explotar los recursos naturales que no podían extraer de las Indias.
En Colombia por ejemplo se crea una división entre comerciantes (Nariño) y terratenientes (Torres), esto nos demuestra cómo la fractura al interior de las colonia es tierra abonada para que en 1810, -caso de Colombia-, se efectúe el primer levantamiento independentista que aunque nada importante para el reino de España, si sirve como la primera piedra para que Simón Bolívar con la ayuda de Inglaterra comande la gesta Libertadora. Vemos en este análisis que son las personas que poseen las tierras y el dinero producto del comercio, quienes se instituyen como los protagonistas de la historia política de la Nueva Granada.
Por tanto se reconoce que existe un interés económico en la independencia por parte de quienes, caso Antonio Nariño, y los que organizan las asonadas, las primeras revueltas en busca de la independencia, que finalmente se logra con el apoyo de las primeras potencias del mundo, todos ellos buscando mantener siempre, cierto dominio sobre los desposeídos: indígenas, campesinos sin tierras, esclavos, etc.; terminan ejerciendo dominio finalmente sobre los colonos desposeídos. Inglaterra participa activamente suministrando barcos, dinero, armas y estrategias de guerra contra la supremacía española en América. Lo cual nos demuestra, y nos permite evidenciar los primeros brotes de intervencionismos en el campo económico y político por parte de Europa en los escenarios nacionales de toda América.
No podemos hablar de autonomía en nuestras regiones después de la independencia, pues, es claro que los intereses, tanto burgueses como oligarcas estaban estrechamente ligados al interés de ejercer control por la fuerza: desplazando, asesinando, quemando y efectuando todo tipo de atropellos contra el colono, que no poseía ni las armas, ni los medios para defenderse: “Cada nación busca implantar sus propias leyes y constituciones, prohijada por las teorías del iluminismo francés y el constitucionalismo norteamericano.”[2] Reconocemos el fluido por decirlo de alguna manera, de las primeras venas que empieza a irrigar las arterias del capitalismo en las colonias, me refiero al comercio y la posesión de las tierras. Colombia no es ajena a estas tendencias liberales, de ahí que Bolívar encarna de algún modo tales ideas, y es respaldado en un principio por Tirios y Troyanos, pero luego de la independencia total, cada uno de estos dos frentes: terratenientes, oligarcas y burgueses toman el control gracias a las fuerzas militares de los destinos de la nación.
El país se va acomodando de cierta forma a las nuevas instancias reformistas y tendencias hacía el capitalismo. La nación entra en su horizonte más próximo, los pequeños, medianos y grandes latifundista luego de comercializar con el café y otros productos como el tabaco, se van encaminando hacía un país agrario y de exportación. Mientras otros renglones se van quedando en receso como la industria. El café principalmente, se toma el primer puesto y se instituye como el renglón que va a mover la economía y la entrada de divisas, tomando el control de los recursos que irrigan el corazón de la economía en el país: “La maquinaria y nuestra materia prima de origen industrial que importa nuestra burguesía se obtienen a cambio de la exportación de productos fundamentalmente agrícolas, el café constituye el 90% de estás y más del 60% del total de exportaciones.”[3]
Hay un elemento que se cruza con la supremacía del cultivo de café, me refiero al hecho concreto: la tenencia de tierras. La tierra después de la conquista se convierte en elemento que más sangre y dolor ha dejado a lo largo y ancho del territorio. Gracias al mediano y gran terrateniente el país se ha visto envuelto en lo que se ha denominado: la violencia. La violencia y el desplazamiento forzado son algunos de los ingredientes que se tomaron las tierras donde se cultivaba café y los convirtieron en lugares donde sólo se ejercía el dominio por la fuerza y la expropiación de las tierras: “… en muchas ocasiones esta gran hacienda cafetera se construyó mediante el desalojo violento de colonos frente a los cuales el terrateniente reivindicaba sus títulos de propiedad”[4].
La confrontación: terratenientes y pequeños caficultores, se fue cada vez volviendo el talón de Aquiles de los gobiernos de turno, quienes ante la amenaza de que los grupos de campesinos, jornaleros, recolectores y demás se convirtiesen en enemigos directos de los ingresos del Estado, de que los gobernantes preferían reprimir y aniquilar a todas esas fuerzas populares que reclaman sus derechos sobre sus pequeños latifundios. De allí que en este análisis quisiera dejar sentado que el matrimonio Estado-economía-tierras, sigue siendo la plataforma desde donde el interés del capital se ha formado en Colombia. Recordemos que ya Inglaterra, Francia y Estados unidos, -estos dos últimos- siguen siendo día por día hoy quienes continúan con sus intervencionismo directo sobre la política y la economía. La única respuesta que existió desde entonces es la violencia auspiciada por el Estado, el cual más que un reconocimiento a la inestabilidad de sus gobiernos se sentaron en el solio del poder por decirlo de alguna manera, para ejecutar todo tipo de acciones tendientes al dominio y supremacía de unas clases que hasta nuestros tiempos continúan con el control del Estado.
Antes de terminar quisiera insistir sobre el papel del intervencionismo de Estado que desde la época de colonia se viene ejerciendo en el territorio nacional. Me refiero al papel que Estado unidos ha venido desarrollando con el propósito de mantener en un estado de total dependencia al país de su economía, recordemos toda la manipulación que se hizo cuando el café era el producto o el reglón que más se comercializaba con ellos en la década de los cincuenta, la tarea del monopolio se fue constituyendo en el factor que más ha producido la dominación económica; medio bajo el cual los estados como este han desarrollado su poderío en el mundo. La industrialización, que no es otra cosa que la supremacía de las potencias industriales para mantener el control en la región es el resultado finalmente que tiene al país en el subdesarrollo por más de doscientos años. Pero sobre todo el dominio que ejerce con sus políticas Estado Unidos en Colombia se debe principalmente porque los gobiernos han estado siempre en manos de elites que sólo buscan perpetuarse en el poder.
De este modo la burguesía en el país ha dominado todos los renglones de la economía, para ello se ha valido de la tenencia de la tierra y el control de la mano de obra, resultado de la expropiación y el desplazamiento de los campesinos que no tienen como cultivar y tecnificar los terrenos actos para el cultivo. Por otro lado la ganadería también formó una especie de dominio para todo aquel que haciendo uso de la fuerza se ha quedado con gran parte del territorio acto para la siembra y la industrialización: “… la gran burguesía y la violencia contra el pueblo, violencia que muchas veces se emplea abiertamente, sin preocuparse de encubrirla, pero que ahora pretende imponer disfrazada de que toman los nombres de devaluación, erradicación del minifundio…”[5] A modo de conclusión nos queda claro que tanto el burgués-comerciante y el terrateniente desde las primeras décadas de 1800 siguen siendo, y ejerciendo un tipo de modelo de control sobre la forma como el capitalismo ha tenido en sus garras al campesino y los que no poseen ningún tipo de riqueza, es decir, el principio hegemónico se instaura bajo la primacía del control de lo jurídico y legal, por medio de los gremios, partidos, medios de comunicación, la iglesia y la clases altas de la sociedad burguesa.






1 L. González. Contribución a la Historia política de Colombia. Ed. La Carreta, Medellín, 1985, Pág. 34.
2 Ibíd. Pág., 41.
3 El café y el movimiento campesino: Asociación Nacional de Usuarios Campesinos.
4 Ibíd. op. Pág. 47.
[5] Ibíd. Op, pág, 71.

sábado, 18 de septiembre de 2010

ESTUDIANTE Y PROFESOR:


Piezas claves de los procesos hegemónicos

SEGUNDA PARTE
Para la primera parte de las consideraciones acerca del Porvenir de Nuestras Instituciones Educativas intente relacionar el fundamento de las instituciones académicas con el ejercicio de la política y el carácter del joven en relación con el espacio de la vida escolar en Colombia, y la construcción del pensamiento actual con el pasado distante de la colonia europea, mientras busqué delimitar el sentimiento del hombre Moderno con la sensibilidad del hombre masa, como patrimonios propios del estudiante frente a su entorno, y por qué existe ese abismo diletante por obedecer códigos y normas que finalmente lo conducen a ser parte de las fichas clásicas de la identidad del sujeto “sub-desarrollado” vs Sociedad desarrollada; a sabiendas del fracaso de la educación impartida a nivel nacional donde la Ley del Menor refuerza el organismo estructural de la violencia armada y psicológica, al servicio de unos dispositivo de poder que se lucran y se instituyen como aparatos de dominio, al interés de un grupo económico especializado en esta forma de hegemonía ideológica: que consiste en des-educar lo que nunca ha sido educado. Mi interés para este segundo temario consistirá en ubicar el escenario del estudiante, el profesor y el Estado. Ambos como marco referencial a la segunda conferencia del maestro Nietzsche, para el tema que nos hemos trazado en relación con sus cinco conferencias.
Partamos entonces de la iniciativa que surge a partir de la constitución de 1991, donde el itinerario de la vida del ciudadano cambia al convertirse en artífice y desarrollador de un Estado Social de Derecho. Desde este punto quiero iniciar, es decir, con la constitución del 1991, desde allí la educación en Colombia traza un nuevo horizonte donde el profesor deja de ser un simple normalista y se convierte en un profesional de la educación. ¿Qué significa –entonces- ese profesionalizar la educación? ¿Qué nos trajo este nuevo impulso de renovación en materia escolar y académica?, ¿Hacía dónde se enfilan los esfuerzos, los cuales le quitan la autoridad que tenía antes el “Educador”, para pasar a ser un simple espectador del acontecer diario de la vida escolar?, o ¿cuál es el modelo que nos impusieron, sin haber preparado antes a nuestros jóvenes para tamaña empresa de la educación: “oscilante y defectuosa”?, son preguntas a las cuales intentaré dar respuesta en el presente texto. Sin desconocer desde el luego el escenario de la realidad nacional como principal amasijo en la construcción del ciudadano común.
Estudiante y profesor están en igualdad de condiciones, el uno es victima del otro, mientras el estudiante se esfuerza por saltar por encima de la normatividad existente el otro se esfuerza por hacer parte del sistema educativo que cada vez más lo aleja de cualquier principio, entre lo real y lo artificial del mundo académico, me refiero al trabajo cotidiano y sus tareas como educador desconectándose de la cotidianidad; así mismo el maestro se aleja de la vida política del Estado como sujeto razonante dentro del mismo. Ni profesor, ni estudiante están en la capacidad de “colegir” su posición en el mundo, menos aún, su condicionabilidad dentro de la esfera oscilante entre las estructuras que articulan el aparato estatal. No lo están, quizás, porque ambos sufren del mismo malestar cognitivo, falta de autocrítica, esta razón simple acaso, se configura al enfocar el “sentido común” como un ejercicio narcótico de la moral religiosa, en dejar todo en manos de voluntades extraterrenas, vaciando al espíritu educativo de la potencia reformadora de la voluntad general o ideológica: “Cada uno de ellos sabe lo que ha debido soportar por la situación cultural de la escuela, y cada uno de ellos quisiera liberar por lo menos a su descendencia de semejante opresión, aun a costa de sacrificarse personalmente”, pero en nuestro caso el auto-sacrificio consiste en poblar día tras día el recinto escolar, como si ambos (estudiante y profesor) fuesen a sus propios desfiladeros a sacrificarse automáticamente, y retornar a casa como si nada.
Decíamos que con la constitución de 1991, el formato del profesor pasa a ser de escala profesional, y este a su vez cambia su horizonte mediante el ejercicio de la práctica académica o escolar. Este nuevo rumbo se enmarca en el cavilar del profesor a un simple aparataje social, es decir, se deja a un lado el prototipo de profesor asociado a ideas revolucionarias, políticas o de partidos, donde el profesor dejaba denotar su esfuerzo por contrarrestar las políticas centralistas de los gobiernos de turno, en materia sociológica, por un lado; y por otra parte este maestro de escuela suponía un ideario de lucha a favor de las clases menos favorecidas; ahora, a este mismo profesor se le enmarca en la arena socio-laboral, ahuyentándose cada vez más del escenario político, del sindicalismo activista y reformador, convirtiéndose finalmente en un servidor público, dispuesto a serviciarse a una casta de gobiernos quienes ejercen el dominio con un claro presupuesto de utilitarismo sesgado a unas clases dominantes, dueña de los emporios económicos. El profesor deja su papel de guía y se instituye en artífice del nuevo articulado constitucional o de las leyes en materia educativa. La clave consiste en tener al profesor como un prestador de servicios educativos, y no como a un formador de ideales.
Por un momento el educador ha perdido todo el valor y representación que compone su tarea quijotesca de formador, para convertirse en basamento constitucional de una ley supremamente amoldada a la necesidad básica de muchos “derechos “y de pocos “deberes” en el sentido lato de ambos conceptos. Esta primacía del profesor alejado cada vez más del estudiante, la vida pública, y la profesionalización del mismo, no es otra cosa que la instrumentalización de la educación, donde el estudiante pasó a ser un simple elemento de decoración de las aulas, los cuales responden por medios agresivos y violentos, el estudiante además de revelarse en contra del encarcelamiento-correccional al cual es sometido, él también busca librar una batalla campal entre los agentes del Estado (el profesor) y los sistemas hegemonizantes como la familia y las autoridades delictivas, es decir, el estudiante se desplaza de la vida tediosa de las aulas de clase al crimen organizado. Este punto capital, me permite evidenciar la concordancia entre el agente del Estado y la ineficiencia del sistema jurídico en Colombia. En países así, estamos educando para el crimen, de este modo, ¡que lejos! nos encontramos de la tarea de formar ciudadanos menos atroces y vengativos.
Por tanto el trabajo del profesor ha desenvuelto en artífice de una especie de elementos sumamente peligrosos para su propia especie, y las políticas de Estado. Hace no menos de ciento treinta años Nietzsche criticaba a su natal Alemania, su incapacidad de reflexionarse a si misma en materia educativa, y del papel del educador, hoy nosotros estamos cada vez más cerca del desplome total cuando ni siquiera somos capaces de entablar un dialogo entre las distintas facciones de la institucionalidad y el trabajo que hace el Estado en materia de economía educativa. Me involucro porque de un modo u otro hago parte de este estructuramiento de la educación en Colombia.
El juego ideológico al que es expuesto el profesor, desborda por su propio impulso avasallador, por todas las vías el camino conduce al mismo incierto laberinto del descontrol, si un estudiante que acaba de iniciar estudios universitarios, es incapaz de leer y escribir un párrafo fluidamente y sin errores, qué clase de “intelectuales” vamos a tener dentro de poco: “La triste causa de que, a pesar de todo, no consiga manifestarse por ningún lado una honradez completa es la pobreza espiritual de los profesores de nuestra época: precisamente en ese campo faltan los talentos realmente inventivos, faltan los hombres verdaderamente prácticos, o sea, los que tienen ideas buenas y nuevas, y saben que la auténtica genialidad y la auténtica praxis deben encontrarse necesariamente en el mismo individuo”.
Me referí hace un momento sobre el peligro que representa jugar un juego ideológico donde el estudiante ha dejado de ser un extensión del profesor en términos humanístico; expreso que se trata de un juego,- esforzándome por que me entiendan-, pues, los terribles despropósitos a que somos sometidos en materia de las reglas del juego de la categoría “sub-desarrollo” no sólo en Colombia sino en toda América latina; nos deben mover a pensar cuál es el lugar qué ocupamos dentro de la escala global de la geopolítica armamentística y policiva; y mientras existan políticas educativas donde el estudiante cada vez menos se esfuerza por “aprehender”, a ser humanamente humano, el panorama en Colombia se torna oscuro; de ahí que estamos condenados a jugar de fichas de un rompecabezas llamado capitalismo: utilitarismos de valor y cuantía de nuestras debilidades.
Con estudiantes sin compromiso y con profesores cada vez más actos para el servicio instrumental, o menos animosos para el cambio, el bio-espacio donde habitamos, será herencia de los países desarrollados con pleno reconocimiento de su posición en el mundo, donde cada vez somos englobados por los servicios y los desarrollos tecnológicos o la conservación de los recursos naturales como el agua y el oxigeno. Pues existe reiteradamente y cada vez más una marcada tendencia a relacionar “cultura” con la preservación del medio ambiente y las políticas ambientales, precisamente, estas posturas, vienen de los países que menos compromiso tienen en materia ambiental.
¿Por qué me he extendido hasta una vertiente como lo es el bio-espacio?, porque quiero demostrar que todo obedece a un mismo mecanismo de cierre donde las compresas del Estado funcionan hacia afuera y se cierran al espacio vital de los estudiantes y los profesores como guías y salvaguardas de la cultura milenaria de nuestros ancestros, expeditos revolucionarios que se enfrentan al igual que los estudiantes en pueblos y ciudades a un agenciamiento pronunciado y peligrosamente permisivo por los instrumentos de la educación memo-ficha con fines obreristas, materia de consumo de las grades estructuras económicas del Estado y las trasnacionales: “ Basta con entrar en contacto con la literatura pedagógica de nuestra época: hay que estar muy corrompido para no asustarse -cuando se estudia ese tema- ante la suprema pobreza espiritual, ante ese desdichado juego infantil del corro. En nuestro caso, la filosofía debe partir, no ya de la maravilla, sino del horror. A quien no esté en condiciones de provocar horror hay que rogarle que deje en paz las cuestiones pedagógicas”.
Si un estudiante es ajeno a su entorno político y más aún a su lugar dentro dela nueva escala de valores de los desarrollos mercantilistas, cabría preguntarse entonces ¿cuál es el papel de dicho profesor, y cuál su tarea de formador?, cuando ante sus ojos la rebeldía se sustrae a una masa peligrosamente armada de ineptitud frente a lo factico, y por ventura, peor aún, convertido en un lugarteniente de las vías del desarrollo económico sin importar caer al traste bajo la consigna de bienestar educativo (restaurantes y cafeterías), con ausencia total de bibliotecas para el análisis, las cuales están completamente equipadas con enciclopedias didácticas, donde Simón Bolívar y Santander son ahora caricaturas de la historia patria: “Así, pues, le ruego, maestro, que me instruya en relación con el instituto de bachillerato: ¿qué decadencia podemos esperar de él, y qué renacimiento?”, de tal forma que los impulsos de rebeldía de nuestros estudiantes se han convertido, gracias a la fragilidad del sistema jurídico, en agentes al servicio del crimen organizado que los utiliza como a siervos sin tierra, para que terminen de carcomerse las entrañas en un silenciamiento que ha traspasado de mal en peor de la familia a los organismo del Estado como el Ministerio de Educación y el de Salud. Pues este último los tiene que atender una vez se destrozan la vida.
La complejidad de los hechos asustan por si solos, cualquier defensa en materia de educar y recibir información tiene poca relevancia, es decir, para el estudiante no precisa ninguna responsabilidad de respeto por el otro; tal diferencia se compendia bajo la mascara de la desesperanza, por esta vía no seremos capaces de levantar nuestro rostro al sol y verlo plenamente centelleando, pues con seguridad nuestras pupilas se llenaran de manchas; espejismos que desfigura el rostro del mundo, de este modo el estudiante cae presa de la transfiguración que el profesor utiliza para educarlo, es decir, cada término o concepto se convierte en espejismo de la realidad concreta del mundo en que habita, por tanto el estudiante pasa a ser agente pasivo de los mecanismos de control del Estado, el cual lo anima a defender su aparataje con uñas y pies, antes que a la vida misma como principio rector de nuestras voluntades: “Una escuela mejor no podrá tener otro objetivo a ese respecto que el de llevar al camino recto, con autoridad y rigor digno, a los jóvenes lingüísticamente corrompidos, y exhortarles así: ¡Tomad en serio vuestra lengua! Quien no consiga sentir un deber sagrado en ese sentido no posee ni siquiera el germen del que pueda surgir una cultura superior”, por consiguiente la escuela es nuestro bien mayor, si antes no la hemos convertido ya en espacio y cueva para el tráfico de delincuensillos; vientre mayor para el crimen organizado, o fábrica que justifica la política de seguridad que tanto daño nos ha hecho.
Dentro de nuestra perspectiva de búsqueda de hallar una sola razón, o al menos algún atisbo que haga posible lanzar una hipótesis sobre el Porvenir de Nuestras Instituciones Educativas, vale remarcar los períodos de actualización del sistema educativo en Colombia, desde 1993 hasta nuestra fecha, revisando un poco la cuestión, las transformaciones del espíritu educativo en Colombia dejan entrever que no hemos avanzado mucho en materia de reconocimiento de nuestra capacidad de reabsorción de las identidades culturales y determinar con claridad el por qué de nuestra visión de la violencia y el control por parte de las capas hegemónicas en el país. Eso significa que los controladores institucionales tratan de crear una cultura de concreto artificial, vaciando de sentido el mundo cosmogónico de nuestras raíces y sus influencias en el carácter de nuestras generaciones:
“La designación “cultura formal” forma parte de esa burda fraseología no filosófica, de la que hay que liberarse cuanto sea posible: en realidad, no existe en absoluto una “cultura material”. Y quien establece como fin del bachillerato la “cultura para la ciencia” desecha con ello la “cultura clásica” y la llamada “cultura formal”, o sea, que abandona en general cualquier clase de fin cultural del bachillerato. En efecto, el hombre científico y el hombre de cultura pertenecen a dos esferas diferentes, que de vez en cuando entran en contacto en un individuo aislado, pero no coincidirán nunca entre sí”.
Lo anterior nos permite concebir que el fundamento de la “cultura” en Colombia se ancla en el criterio desmedido de los agentes del Estado, o sea, en la conformación de un individuo imitador de modelos extranjeros, cada vez nos norte-amerizamos más, al dársele mayor base de cobertura, e incluso de inspiración a una lengua distante como la inglesa, de este modo caemos en el abismo de la necedad fantasmagórica de las ideologías. De esta manera la reorganización del Estado tiende a fundamentar la inmigración, convirtiendo el sentido de lo trashumante como elemento constitutivo de lo nacional. Por tanto nos vemos abocados entre dos continentes, y, a nuestra insuficiencia reflexiva, de Europa heredamos una tendencia hacía lo ilustrativo, y de Estados Unidos el tecnicismo de las carreras educativas. Para concluir nos queda en la cabeza la tarea de indagar más a fondo y de forma crítica el papel del filósofo en las tendencias educacionales, y su olvido por el fundamento de nuestras costumbres, razón y practica, ambos criterios tendrán que ser analizados antes que sucumbamos en un parasitismo global, donde el estudiante en mayor o menor medida se está “disciplinado” para el trabajo de la gran industria colonial.

lunes, 13 de septiembre de 2010

NO HACEN FALTA TESTAMENTOS



Agatha suele desnudarse utilizando la simplicidad de una mariposa que se despierta de su capullo, se despabila en sentido contrario a los requerimientos ideológicos de la moral y el comportamiento adecuado de una mujer adiestrada para la vida en pareja o en familia. Sin embargo hoy es un día tardío para Agatha lleva sobre si misma un fuerte olor a demonio consumado y el deseo por la carne humana no está en esta ocasión dentro de su interés personal. De todas formas

su desnudez mueve el impulso corporal de David quien la busca en un estremecimiento forzoso tratando de aferrarse al mundo de forma interminable, quizás para siempre. Pero Agatha en un movimiento más bien tardío que mecánico se desembaraza del hombrecito de ojos temerarios con un simple gesto de desplazamiento fortuito hacia un rincón de la cama, por cierto angosta, dejando toda la escena inscrita en un hombre acurrucado contra la esquina y la soledad de la habitación a medio encender. El personaje que controla la salida y la entrada de los clientes se percata de la situación y se prepara a despertar a David, mientras en una de las habitaciones contiguas un borracho en desmedro de su situación intenta aferrarse a la cama para que no lo saquen arrastras del lugar. Grita desesperadamente el nombre de una mujer que no es la suya, y se deja caer como un niño dormido sobre una silla seguramente en espera de un despertar magnifico borrando para siempre la sensación de olvido en que la vida lo tiene.
David está atornillado como un esparrago y prefiere el silencio de la habitación al bullicio de la taberna que sube y baja de entonación cada vez que suena la música. El controlador lo increpa para que desaloje el lugar, Agatha lo mira, en su interior un remolino de arena se descuelga por su estomago y presiente que su embarazo esta vez no será distinto al último que tuvo. El hombre allí desnudo consigue por fin que lo dejen un cuarto de hora más mientras se decide abandonar el espacio allanado por unos minutos de descanso sexual. Agatha se decide a salir mientras el hombre se despabila como un pájaro en picada y se arrodilla frente a ella, de arriaba a bajo todos los momentos felices de Agatha desaparecen, tiene la sensación de que su hijo de cinco años se ha vuelto un hombre sin alma, y está frente a ella suplicando un último beso de despedida antes que la muerte se lo arrebate intempestivamente. El ruego es insistente, Agatha lo mira con el ademan de una princesa que es abordada por un pirata que no es su príncipe encantado y decide escuchar atentamente la suplica del hombre: David. Comprende que desde su posición de mujer en pie ella es Goliat, y él un simple gorrión extraviado en la geografía del mundo. La escena es simple, alrededor una cama más bien angosta, la luz proviene del techo, las sábanas de color azul con algunos arabescos y una flor amarilla en el centro es lo único vistoso en el lugar. Un cuartico diminuto que hace las veces de baño, el cual parece más bien un cuartito para una muñeca olvidada.
La suplica se convierte luego en una especie de salutación especial donde el dolor y la risa se confunden con el paso de los minutos. El hombre David, se refleja en los ojos de una mujer acobardada por los años, el efecto de los narcóticos se empieza a desvanecer, de la suplica se pasa a una especie de cójale la cola al burro. Los gritos y el jolgorio del lugar se filtran por todas partes. Agatha se sumerge en los vericuetos de la mente de David, y pregunta cuál es su oficio. Él con su mirada difícil de describir se sube a la cama y trata de escapar buscando su ropa, ella por el contrario olvida la pregunta y se decide a salir llevándose consigo el último aliento de amargura que la envuelve. Pero antes de escapar del lugar David la mira como un maniquí, consume un poco más de polvo ángel, y la abraza suavemente. Agatha no pretende resolver algún enigma psicológico de la situación, y mucho menos salvar un alma que recurre a ella en busca de los abismos centellantes que la razón a veces nos niega. La mujer se mira así misma en un pequeño espejo que la observa fisgonamente. De un momento a otro David le dice: “Gracias a lo que nace, a lo que muere, a las uñas, las alas, las hormigas, los reflejos, el viento, la rompiente el olvido, los granos, la locura”. Agatha a olvidado definitivamente quien es y pregunta casi como un ángel desparramado a qué se debe ese alegato que no comprende: Mi nombre no es David, Mi verdadero nombre es: Oliverio Girondo.
Oliverio es mi verdadero nombre, estoy cansado de la muerte, de los años, de los periódicos, de las limusinas y de los esqueletos deformes, de los cementerios y de los presidentes que lloran. Seguramente no has escuchado mucho de mí o sobre… (Mientras una risita quizás efecto de la droga lo empuja hacia adelante en busca de un respiro hondo que le permita continuar su dialogo), vivo como todos los poetas en las bibliotecas: otra especie de bares de prostitución. Manos y mentes de todas las edades me estrujan constantemente y yo al igual que tú, recibo muy poco en agradecimiento. La poesía y los poetas son cosas, mecanismos, instrumentos, accesorios, ajuares, notas perdidas, silencios bálticos, señales perdidas que ya nadie busca. Ni puta ni razón somos ahora respondió Agatha, mientras encendía un cigarrillo mentolado. Y por qué Oliverio y no otro nombre. Sansón por ejemplo. La respuesta tardo un minuto y la puerta en abrirse un instante, el controlador exigía de una vez el desalojo del lugar, una parejita buscaba un asilo coyuntural y específico: sexo pagado al detal. Oliverio se fumó un sorbo del cigarro de Agatha y pagó nuevamente un tiempo extra al controlador. La mujer más bien mal vestida trato de equilibrar sus fuerzas buscando en su interior un chakra misterioso que le permitiera enfrentarse de tu a tu con aquel extraño personaje.
Así que te crees poeta, no… poeta no, ese es un castigo muy grande ahora que lo pienso con detenimiento. Soy poetazo. Y cuál es la diferencia. Que el poeta sufre, mientras que los poetazos reímos con la vida. No comprendo mucho la diferencia pero trato de entenderte. No es necesario que entiendas ya todo te lo he dicho, todo esta en este testamento que te escribí, extendiéndole una nota. Agatha abrió un retazo de papel el cual contenía la mitad de una cuartilla:
Testamento
En nombre mío y en calidad de mí propia ralea te dejo estas líneas en papel libre de mancha o de significados extraños al poder de las palabras; un poema y nada más:
Lentamente he ido perdiendo los ojos,
Las manos, los dientes, la pereza de los
Años; el fuego y el barro no permiten
Hacerte un retrato milenario, sin embargo
Te dejo mis tristes pasos y un puñado de
Miedos que la noche envuelve, te dejo mí
Voz, mis dedos sobre tu vientre, te dejo una
Piedra en vez de un mar, te dejo un gusano en
Vez de una avión, y te dejo finalmente mi espina
Dorsal en arrepentimiento por tantos años de
Ausencia y no haber llegado antes a cumplir tú
Deseo de princesa enferma con la espera de su
Príncipe encantado, y perdóname el no haberte rescatado
De este encierro y murallas inexistentes.

Oliverio se despidió de Agatha en una solemnidad muy parecida a la que hacen las personas importantes cuando se enfrentan a la locura del poder. Agatha supo que el amor y esos demonios que surgen en la soledad de la prostitución no existía como ángel ni como demonio, más bien poetas y poetazos, genios malignos que ya no son tendidos en cuenta, se precipitaban cada noche en busca de su abismo para caer poco a poco en la vejez, cuyo surrealismo sólo se compara con los desmedros del tiempo. Desde aquel día sus días fueron claros y distintos, llenos de arrebol, la noche no había cesado; a penas comenzaba su recorrido, cerró el poema y pensó que tan lejos estaba que amaneciera y que tan lejos estaba de los cuentos de hadas. Sintió además que no hacían falta testamentos para saber que Oliverio la quería pero que era incapaz de salvarla, pues comprendió que ella no corría ningún peligro: ya no era necesario que derrumbase al gigante de la nada junto con su mascara el vacío seguía preñado de ideas.

De la noche y sus temores
Julio 17 de 2010.