En estos días en que todos los candidatos a la presidencia se sacan los trapos al sol para ver la manera de cautivar votos, entre los miles de ciudadanos que andan indecisos por cual será el candidato ideal para dirigir las riendas de este país durante los próximos cuatro años. Todo tipo de desprestigios se ciñen sobre ellos y sobre todo si es el candidato que va punteando los sondeos electorales.
Y como hasta la semana pasada, el candidato que iba liderando las encuestas era el ex rector de la Universidad Nacional de Colombia y ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus, sus contrincantes, como no encontraron manera de ensuciar su aspiración, han decidido atacarlo mostrándolo como un ateo, y como no falta el cristiano fanático que vive viendo al demonio en todos lados, pues fue esta la mejor oportunidad para ponérselo de frente con todo y barba.
En varios comerciales difundidos por la internet, se ve al candidato en una entrevista con el periodista José Gabriel Ortiz, preguntándole si él creía en Dios, y el candidato por el Partido Verde respondió –no me haga esto– a lo que después editarán y con la tradicional frase bíblica, pintan al candidato como el autentico patas.
Pero bien, esto me da a pensar que si el país no puede estar en manos de un ateo, porque representaría la pura esfinge del mal, me he imaginado como seria el país en manos de cristianos reconocidos, porque si ese es un requisito impajaritable para regir este país, entonces el futuro es bastante desalentador. Porque miren, si se lo dejamos a un señor como el pastor de la iglesia Casa sobre la Roca, los testimonios de ecuanimidad que podrían dar nuestros padres, dirían que ese era el periodista del noticiero Lambicolor, muy conocido a finales de los setenta y principios de los ochenta por distorsionar la realidad del país en una clara lamboneria por el gobierno de turno. Y si hablamos del pastor, de la muy conocida MCI, quienes entraron en conflicto con otros pastores de su misma iglesia, quienes terminaron montando rancho a parte, en una pugna por los fieles, que sinvergüenzas, además que su esposa cuando estuvo de embajadora en Brasil, se dedicó más a hacer convenios con las iglesias pentecostales de ese país que a ejercer a cabalidad su misión diplomática.
Y ni hablar del pastor de la iglesia del millón de almas, quien en sus principios era un reconocido brujo o culebrero de la plaza de San Victorino, y que hoy se desgañita profesando la palabra del señor, y no es que yo no crea que se puede cambiar, pero si a ese pastor se le acusa de deberle plata a todo mundo, y que se le anda escondiendo a todos sus acreedores. Pensemos, por favor, que nos puede esperar con un tipo de esos en el centro del poder ejecutivo colombiano. Es capaz que oficializa el diezmo, con iva incluido. Y ni hablar de otra iglesia que tiene movimiento político, ¿o será movimiento político con iglesia?, que hasta uno de los hijos de la pastora principal, denuncia a su propia madre y a sus hermanos por quererlo asesinar para desheredarlo, por el simple hecho que es homosexual, y sin contar las quejas de tantos a los que este movimiento ha intentado quitarles sus casas.
Pero dejemos de lado a los hermanos de la reforma, y metámonos con ejemplos de católicos, imagínense ustedes al señor que ahora es nuestro procurador, que ha dado una serie de fallos amañados para favorecer a unos cuantos amiguetes, y que se escuda en la figura del ultra conservatismo católico, que vergüenza tan tremenda que personajes de estos digan estar llevando la doctrina de Jesús.
Y así encontraremos cientos de creyentes, como ministros, ex ministros, periodistas o vecinos que se las dan de muy creyentes, pero lo único en lo que creen es que toca comer prójimo. Ustedes los deben conocer, están siempre cerca a uno tratándolo de cambiar, para que encuentre la senda del señor. Y terminaron siendo más cristianos que Jesús, echando al pobre que no piensa como ellos a los leones.
Eso me pone a pensar que sí el candidato de los verdes es ateo, sería mucho mejor, pues no tiene compromisos con semejantes joyitas, y pensar que a un candidato que hasta lo presentaron en su coliseo o -¿iglesia?- y no digo bien, pero se las da de Santos, –perdón– de santo.
Entonces yo no es que tenga problema con Dios, mi problema se centra con aquellos a quienes con el cuento de las religiones, quieren manipular a las personas, y sobre todo con esos personajes ortodoxos que se las dan de puros, siempre viendo la paja en el ojo ajeno. Pues que mal le hizo Jesucristo al mundo, para que disque sus seguidores den tan mal testimonio de su doctrina, una doctrina que se centra en el no juzgar, y ante todo en el amor al prójimo como a sí mismo.
Así que Antanas, ateo o no, siga adelante, porque estamos cansados de tantos que van y se arrodillan, y hacen política desde los púlpitos o los garejes en que se reunen, y más tarde conspiran contra otros o gestan masacres, calumnias y desfalcos, manteniendo idiotizado al pueblo que piensa que sí ese se echa la bendición o habla bonito de Dios es una mejor persona.
AUTOR: HÉCTOR GUILLERMO GONZÁLEZ RESTREPO
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