jueves, 21 de abril de 2011

¿JIGGY DRAMA O INMANUEL KANT?



¿Quieren ver Kant o ver Kanas?

Por: Daniel García
Me encontraba yo en mi computador recién reparado, adaptándome de nuevo a su teclado, a su vista, a mis archivos, cuándo sonó una canción caribeña que hablaba sobre una fuga de gas y de agua y otras situaciones que no tenían una lógica definida y coherente con la idea inicial, sin embargo entre más avanza la canción más pautas tenemos para definir que se trata de un ejercicio de la imaginación como de una categorización real sobre un deseo, sobre una potencia intelectual ilustrada.
Así, sin querer ser abusivo, llegué a la claridad del ejercicio que realiza Kant, el mismo ejercicio que el del cantante Jiggy Drama, en su ópera Crítica a la razón pura, puesto que su locura alemana pujante por una identidad y una soberbia se encargó, no solo de categorizar el intelecto alemán, sino de esbozar la imaginación como una herramienta de poca profundidad en donde el deseo es puramente racional.
Si esto es así, ¿por qué sigo escuchando reggaetón (si es que la palabra tiene una forma correcta de escritura) y leyendo Kant si pienso en su ilogicidad y su estructura retorcida? La verdad, lo hago porque me gusta. Sí, pongo mi parcializado gusto por la obra de estos señores sobre toda consideración filosófica, estética y si se quiere, humana. Me parecen seres profundamente inteligentes, dados a su mundo, a su obra, llenos de limitaciones en los placeres, unos mártires de su tiempo, unos incomprendidos de sus pasiones, en otras palabras, unos héroes históricos.
Pero ante todo, los defiendo porque todo el mundo tiene algo que decir de ellos, generan conflicto, se bañan en las profundas aguas de la confusión, en donde todo puede ser posible, y salen puros, orgullosos, sin deberle nada a nadie, son categoría de su mismo pensamiento, herramienta inexplorada de la imaginación; si hubiese un premio Oscar a mejor autor controversial, ellos serían los ganadores indiscutibles, claro está, primero el colombiano luego el alemán.
Está claro, para escribir filosofía se necesita ritmo, confundir a los demás, seso también (paradójicamente no se necesita sexo), ser un valiente, tener algo que decir, arrojarse al mundo, ser susceptible de críticas.Por lo pronto me quedo defendiendo a mis héroes, sé que en el cielo de los filósofos (ojalá halla uno exclusivo para ellos, por el bienestar general de la comunidad) Kant pidió prestada una grabadora y puso el Cd de Jiggy. ¡Sacúdelo Immanuel!

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