martes, 12 de junio de 2012

ABRAZOS Y DESTIERROS


Find what you love and
Let it kill you.
Bukowski.



Con frecuencia pienso en escribir un artículo académico y me parece fácil: pones un título, organizas argumentos de manera coherente frente a una tesis, concluyes algo que despierte interés y luego, pones una bibliografía; y de no ser por la necesidad que me invita a escribir algo que me pertenezca, es decir, que sea arrojado por mis dedos como luces de discoteca, escribiría un artículo serio; incluso, hice una monografía y me siento muy (orgulloso) de ella.

Quiero hablar de esta necesidad de educación que tenemos: ¿Habría acaso otra manera de iniciar a hablar de la educación que no fuera con las palabras amor y muerte? Entre más me lo pregunto, más me doy cuenta de la infinidad de maneras para hablar de la educación, pero la mía tiene que ver con Bukowski, porque en cierto sentido creo que este hombre (que representa, por antojo mío, a los demás hombres melancólicos y artistas) ha recibido una educación mediocre de los abrazos.

Todos nos hemos ganado el derecho de ser educados en los abrazos, y no es culpa de la televisión (productora intelectual de las llamadas telenovelas -y siempre que se dice la palabra novela, acompañada de tele, Proust y Cervantes se revuelcan en sus tumbas-), que nos eduquemos mal, sí queremos a los culpables, ahí tenemos a los artistas, seres que retrataron a la diosa más hermosa y caliente sin brazos para abrazar.
 
Las manos de Venus en el aire porque se acabó la piedra, o porque le pareció chistosito al artista dejarnos sin la posibilidad de verla completa (no faltará el que me diga que el artista la dejó así porque quería que nos imagináramos su abrazo invisible: patrañas de mercadeo); Por tanto, hoy levanto una guerra contra todos los artistas y los que se las dan de artistas, declaro mi total inconformismo por su aversión a los abrazos. Exijo que los científicos de la literatura y de las artes me respondan por qué queremos que lo que amamos nos asesine.

Ya los quiero ver culpando a la televisión de nuestra falta de sensibilidad, condenando los procesos curriculares de estandarización de nuestras escuelas, al capitalismo de los pobres (porque también está el de los ricos), terminando con respuestas retóricas sobre la libertad del arte.

A veces pienso en hacer un artículo que no se contradiga, que tenga una conclusión, que incluya una educación de los abrazos, un artículo con más Cadillacs y ataúdes y zapatos en caminos y menos bibliografías y palabras mal citadas, pero es demasiado fácil; por lo pronto yo he contratado un equipo que dispare paréntesis como abrazos, además estoy entrenando, ya me hago 25 abrazos por día, aunque nada te prepara para decir: nunca nadie me ha abrazado como tú, tal vez porque es la despedida.

Por Daniel García L.

1 comentario:

  1. Una lucha perdida, no solo la tele, si no la tecnologia (PC, I POD, I PHONE, PLAY, W MAN, ETC.) nada genera abrazos y si una distraccion de la realidad mundana.
    Jaime Castro.

    ResponderEliminar