Con
el nombre de “Invasiones Barbaras”, o (Les
invasions barbares-2003)
el director de cine Denys Arcand recrea el ambiente y la decadencia
del sistema institucional canadiense considerado como uno de los
mejores en “calidad de vida”. La cinta gira en torno a Rémy
Girard un profesor de cátedra universitaria el cual es desplazado
por esa fuerza invisible llamada: neo-liberalismo. La sátira es a
todas luces el mecanismo que permite ir explorando los intersticios
que envuelven el sentido de la muerte, el sexo, la política, el
amor, la amistad, la familia, la economía y la decadencia de una
sociedad secularizada, hegemonizada por el entramado del aparato
Estado-Nación quien a toda vista está colapsado desde el
sometimiento territorial con garras y sueños por el dominio global.
El
profesor Rémy sufre de un cáncer terminal, él encarna, quizás, el
presagio y el signo del deterioro de la cultura, de la sociedad, del
abandono del hombre a las mareas y corrientes que golpean incesante
la masa humana. Bajo la idea de “Invasiones” se articula un
choque de dos fuerzas; por un lado está la ineficacia de la
“democracia representativa”, o en el mejor de los casos
“liberal”, y por el otro lado se encuentra el desarraigo cultural
producto de las migraciones intercontinentales. Por consiguiente, el
mundo se hace cada vez más estrecho, más desigual, más propenso a
la histeria colectiva, al sometimiento de las religiones y las modas.
Algunos hablan de “sociedad liquida”, otros de
“post-estructuras”, otros de “desmantelar las instituciones”,
otros de “sociedades de habla”, otros de “intersubjetividades”,
y sin embargo nadie nos dice nada sobre: LA SOCIEDAD INCRIMINATORIA.
Así,
el Faro de la Educación alumbra en la distancia un mundo
descompuesto, arrojado a los pies de las “plusvalía”,
nosotros en Colombia y desde México hasta la Patagonia, nos
alzamos en voz en contra de la demagogia academicista de los sistemas
de gobiernos que tenemos, de la falta de crítica y autonomía de
nuestros jóvenes en la toma de decisiones, y sin embargo el director
de la cinta nos muestra el contra sentido de ese mundo cada vez más
cadavérico y fugaz del desarrollismo económico instaurado en
Canadá. Nos muestra un sistema educativo hecho a la medida de las
circunstancias que cada sociedad posee, así, nosotros tenemos el
nuestro según la capacidad de raciocinio de nuestros gobernantes, es
decir, dispuesto para el crimen, el robo, la maldad, la trampa, la
violencia, la avaricia, el narcotráfico, el odio y la venganza.
Las
invasiones en nuestros territorios siguen a la orden del día un
catalogo fácil de comprender y amasar, se encuentran en la
superficie de la política y la economía, se rotulan con el nombre
de TLC's, de profesionales con doble titulación bajo el supuesto de
mayor geografía laboral, intercambios bilaterales de ciencia y
tecnología, explotación minera y agrícola, conciertos de música y
partidos de fútbol; todos estamos a merced de esta forma práctica y
silenciosa de asumir como propias estas incriminatoria estrategias
del mercado y la economía: nada escapa a su fuerza, pues, es tan
fácil como someterse al Che, o a Madona, en camisetas y grafitis.
Los
invasores están por todos lados, en las tiendas de barrio, en los
medicamentos para el sexo y el amor; las peluquerías están repletas
de afiches con: artistas, modelos, futbolistas, cantantes, y toda una
serie de embellecedores según el gusto y la moda. También están
los carros, los celulares, los vídeo juegos, la ropa, los grandes
almacenes con aparatos para el hogar, los Sex Show para
jóvenes y señoritas; hemos cambiando la chicha y la cerveza, por el
vino tinto y las ensaladas.
Esto
de las “invasiones barbaras”, tiene mucho que ver con el cuento
de Cortazar de “Casa tomada”, o el “Ahogado más hermosos del
mundo”, de Gabriel García Marqués. Nos tienen invadidos los
servicios públicos, las modelos con sus almanaques, los reality
show, el divino niño, Jesús y los doce apóstoles, el budismo,
el cristianismo, el islam, la Nasa, el Dollar, el Euro, Windows, el
Sionismo, los chinos y las chinas de los embarazos no deseados, el
Populismo, el Liberalismo, el Desempleo, el Sida y la Malaria,
también la gonorrea que nos gobierna de Oriente a Occidente, así
como de Norte a Sur. Estamos jodidos e invadidos a merced de Twitter
y los remedios caseros.
En
ese sentido, parece que Freud le está ganando la batalla a Cristo,
mientras Jesús busca remediar el odio y la avaricia, o los males del
cuerpo con el amor, para Freud, la cuestión radica en el sexo, en las pulsiones, en las desmesuras del ano, en los deseos castrados, en los
malestares de la cultura; por consiguiente, todos quieren ser
penetrados, empujados, estrujados, dejarse invadir con las
herramientas de poder que los poderosos poseen; otros quieren
penetrar con la comida, la moda, la música, el arte, la ciencia,
otros quieren penetrar en las almas atormentadas y darles su
salvación, otros quieren penetrar en la mente de sicarios y
violadores, para comprender sus desequilibrios, y luego vender sus
libritos de auto-ayuda. A fin de cuentas todos huyen al principio de
los invasores, al final y cuando ya son alcanzados les queda
gustando, o si no pregúntele a los senadores, a representantes, y a
los que se quedan varios años en el poder y el gobierno.
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