sábado, 23 de abril de 2011

A LA MIERDA LA FILOSOFÍA


Divagaciones mientras escucho un vallenato.

Precisar de antemano que la filosofía es un ejercicio normal, una actividad que los hombres realizan en su cotidianidad, no es en ningún momento nada sorprendente. Lo que sorprende es que unos cuantos individuos se apropiaron de ella para determinarla y, con ello determinar a los demás, someterlos a sus determinismos teóricos y conceptuales, que tenemos que cargar al parecer por los siglos de los siglos hasta que el sol no alumbre, las mujeres no paran o los hombrecitos no quieran ser soldaditos o mártires de la patria.
Para qué filosofía se preguntaron muchos y respondieron una serie de razones, lógicas por supuesto, con lo cual mostraban la necesidad de la filosofía. Sin embargo, sus respuestas no me convencen porque la realidad en su radical forma de mofarse del deber ser, me demuestra que la filosofía sólo tiene su lógica en el deseo de dominio. Me pregunto entonces, qué hacer con ella. Y la verdad no sé, tremenda respuesta socrática.
Quienes se hacen llamar filósofos sólo se dedican a trabajar sobre ideas que si bien dan razón de su tiempo y de su espacio, es decir, de su contexto particular, a la luz del presente hay que leerlas desde su precariedad, desde su desentorno. Lo que quiero decir es que los problemas fundamentales del hombre se mutan, se metamorfosean, cambian; por lo tanto, el modo de los hombres de pensar y significar su mundo no puede quedarse atrapado en las redes conceptuales y teóricas de los sistemas y, que la academia protege y salvaguarda como un grial sagrado obra de los bueyes iluminados de la filosofía.
Lo anterior me lleva a ver en estos operarios de los conceptos una relación de homo faber con su entorno desde el cogito. Qué es eso se preguntarán, fácil, los filósofos no son más que meros mecánicos que viven ajustando conceptos, teorías, para que el sistema o sistemas sigan funcionando. Los conceptos, las teorías son las tuercas que viven calibrando constantemente, ellos aman ese carrito viejo, lo viven engallando, lo polinchan y lo sacan a relucir en conferencias y foros de filosofía, pero si lo vemos bien, siguen el mismo status quo, es la misma vieja pero llena de silicona que nos la hacen ver atractiva.
Pues bien, durante la historia de los hombres se nos devela el afán de dominar, de someter por medio de la violencia o de la razón que al fin y al cabo es también violenta en su presunción de universalidad. Un anciano inglés vio que la política debía manejarse desde la ley y la espada; un francés consideró que los hombres que no pensaban no tenían alma y a esos los llamó bestias o bárbaros; un alemán dijo que África era un pueblo sin espíritu por lo tanto sin historia y en ese mismo costal arrojó a la recién nacida América. Como vemos, la razón de la cual se habla es una eurorazón, una eurológica que se impuso a sangre y fuego construyendo en estas tierras lo europeo. A esto es lo que Dussel llama el sistema mundo europeo en nuestras tierras. Pero aquí no paran las cosas, ahora además de los europeos desde hace muchos años ha entrado en nuestro sistema mundo impuesto, la doctrina o mejor la lógica norteamericana con lo cual las capas que cubren la ontología latinoamericana es cada vez más espesa y dura.
Es por esto, que hablar de identidad del pueblo latinoamericano se ha dicho que es imposible, claro que lo es, porque algunos consideran que somos una cultura hibrida. Empero, no se puede hablar de identidad latinoamericana desde el hombre amero – europeo, por la sencilla razón que éste, es producto de un agenciamiento que construyó una subjetividad genuflexa, y una subjetividad no puede ni podrá tener identidad, debido a que la subjetividad se vive llenando de capas constantemente, se hace que los hombres sigan estereotipos, modas, desde la cual la realidad es vista a través de muchos espejos, de allí, que no haya una conciencia activa de los pueblos latinoamericanos.
Nos conducen hacia su lógica de necesariedad de los acontecimientos. La guerra es la partera del mundo, es el argumento central del desarrollo y el progreso económico, por eso se invaden países bajo la consigna de democratizar al pueblo. En la Edad Media, Dios fue el argumento para el crecimiento de los imperios, ahora la democracia toma ese puesto. Y qué hacen los filósofos, limpian y engrasan los conceptos en vez de arrojarlos a la basura, por qué siguen sobando las rodillas artríticas de la razón. Quién dijo que el hombre es racional. Tremenda soberbia, bellaquería filosófica. Yo digo que el hombre es un ser fecal, si fecal.
En conclusión, el pueblo latinoamericano debe pensar desde la no razón, emanciparse de la lógica europea y norteamericana. Por qué no pensar desde la mierda. Esta es la forma de mostrar que el sistema mundo que nos han impuesto está podrido, que sus conceptos son criminales, violentos, asesinan, masacran. Es por ello que Nietzsche dice que lo único que se ha presenciado en la historia del hombre es sangre y corrida de toros, quizá porque él pensó desde la mierda. Los filósofos latinoamericanos no pueden seguir siendo los esfínteres que la historia y la realidad nos siguen mostrando, no pueden ser los burros trágicos de los que hablaba el filósofo loco de sífilis y de vida.

jueves, 21 de abril de 2011

¿JIGGY DRAMA O INMANUEL KANT?



¿Quieren ver Kant o ver Kanas?

Por: Daniel García
Me encontraba yo en mi computador recién reparado, adaptándome de nuevo a su teclado, a su vista, a mis archivos, cuándo sonó una canción caribeña que hablaba sobre una fuga de gas y de agua y otras situaciones que no tenían una lógica definida y coherente con la idea inicial, sin embargo entre más avanza la canción más pautas tenemos para definir que se trata de un ejercicio de la imaginación como de una categorización real sobre un deseo, sobre una potencia intelectual ilustrada.
Así, sin querer ser abusivo, llegué a la claridad del ejercicio que realiza Kant, el mismo ejercicio que el del cantante Jiggy Drama, en su ópera Crítica a la razón pura, puesto que su locura alemana pujante por una identidad y una soberbia se encargó, no solo de categorizar el intelecto alemán, sino de esbozar la imaginación como una herramienta de poca profundidad en donde el deseo es puramente racional.
Si esto es así, ¿por qué sigo escuchando reggaetón (si es que la palabra tiene una forma correcta de escritura) y leyendo Kant si pienso en su ilogicidad y su estructura retorcida? La verdad, lo hago porque me gusta. Sí, pongo mi parcializado gusto por la obra de estos señores sobre toda consideración filosófica, estética y si se quiere, humana. Me parecen seres profundamente inteligentes, dados a su mundo, a su obra, llenos de limitaciones en los placeres, unos mártires de su tiempo, unos incomprendidos de sus pasiones, en otras palabras, unos héroes históricos.
Pero ante todo, los defiendo porque todo el mundo tiene algo que decir de ellos, generan conflicto, se bañan en las profundas aguas de la confusión, en donde todo puede ser posible, y salen puros, orgullosos, sin deberle nada a nadie, son categoría de su mismo pensamiento, herramienta inexplorada de la imaginación; si hubiese un premio Oscar a mejor autor controversial, ellos serían los ganadores indiscutibles, claro está, primero el colombiano luego el alemán.
Está claro, para escribir filosofía se necesita ritmo, confundir a los demás, seso también (paradójicamente no se necesita sexo), ser un valiente, tener algo que decir, arrojarse al mundo, ser susceptible de críticas.Por lo pronto me quedo defendiendo a mis héroes, sé que en el cielo de los filósofos (ojalá halla uno exclusivo para ellos, por el bienestar general de la comunidad) Kant pidió prestada una grabadora y puso el Cd de Jiggy. ¡Sacúdelo Immanuel!

lunes, 18 de abril de 2011

DÍA INTERNACIONAL DE LOS MUSEOS

XIV CONGRESO INTERNACIONAL DE FILOSOFÍA LATINOAMERICANA


La Universidad Santo Tomás lo invita a participar del XIV CONGRESO INTERNACIONAL DE FILOSOFÍA LATINOAMERICANA

"Rehabitar la Tierra: Filosofía, Técnica y Vida"
Bogotá D.C -Colombia

29 y 30 de Junio - 1 y 2 de Julio 2011 Información: 5878797 Ext: 2350-2351

La inscripción a este Congreso la puede realizar en http://eventos.usta.edu.co/inscripcion_web.cfm?evento=31 o directamente ingresando a la pagina de la Universidad Santo Tomás www.usta.edu.co ; así mismo los pagos se deben hacer directamente en la Sindicatura de la Universidad Sede Central Carrera 9 No 51-11 o Sede Lourdes Carrera 9ª No 63-28 Edificio el Aquinate.

Si desea enviar su resumen o ponencia para participar en este Congreso escriba al correo electrónico ponenciasxivcifla@gmail.com .

domingo, 17 de abril de 2011

AL VALLENATO, A GARCÍA MAFLA Y AL POETA DANIEL GARCÍA EN SU CUMPLEAÑOS



Acordeón y Poesía

En días pasados, en medio de las intermitencias de la noche, nos topamos con mi amigo Daniel García (poeta), y Alexander Restrepo otro espurio de la poesía frente a una tarima; estuvimos departiendo algunos tragos, disfrutamos el sentido de la música vallenata. Pues, un grupo interprete estaba en el entablado ejecutando piezas magistrales de canciones que de un modo u otro nos arrancaron lánguidas estridencias clásicas que han hecho posible que la poesía del vallenato sea, entendiendo que esta música es el origen de la ontología trágica de todo un pueblo, [digo que estuvimos allí] con el argumento que exponen las gargantas de propios y extraños a este ritmo, pues no contamos con un organismo externo que lo certifique. El que nos hubiésemos explayado, volcando un sentimiento que nutre el alma del acordeón, la caja y la guacharaca, a propósito de esta posibilidad que encierra comprender, esta vasta realidad nuestra, como lo es la música vallenata, no tendría otro argumento que decir, que lo disfrutamos con algunos buenos tragos de ron.
Pero la cuestión no termina ahí, ahí donde deben terminar todas las cosas perennes, pues, el poeta quien por otras cosas es del interior del país, me interpeló diciendo lo siguiente: “siempre he querido ver como el acordeón se abre de par en par y respira hondamente hasta convertirse en uno solo con quien lo interpreta”, para alguien que no conoce el sentimiento vivo que encierra esta música, no deja de ser un simple argumento más. Sin embargo, quiero dar una respuesta a mi modo de eso que el poeta reclama, es decir, el sentimiento místico que tiene este instrumento: el acordeón cuando se abre de lado a lado tratando de recoger en un solo respiro el mundo en su totalidad.
La música vallenata se instala en el horizonte de lo que Fals Borda denominó lo “sentí pensante”, ella es de algún modo u otro, ser, fuerza, camino que se bifurca, ella permite cantar al amor, sí, el vallenato está para servir a la poesía y al amor, ¿cómo ha ocurrido eso?, -creo- que se da porque se ha instituido como fenómeno, en la medida en que hace de las pasiones humanas todo un camino, un periplo, en el cual la naturaleza tiene mucho que ver, o si no, díganme quién no ha explotado de sentimiento al escuchar obras maestras como: El Río Badillo, Caminitos del Valle, Lucero espiritual, Alicia Dorada, o Matilde Lina. De este modo no tengo más que decir, que estamos ante todo un fenómeno, donde lo andino, lo europeo y lo africano forman un amasijo llamado: Música Vallenata.
También con mis amigos estuvimos hablando del Maestro Jaime García Mafla, el cual dice de los poetas, en su poema los poetas, lo siguiente: “Los poetas son como los pájaros: Ninguna Cualidad aparte de volar y cantar, Ninguna posesión que no sea el aire”; sin embargo lo quería decir, es que para el Maestro Mafla, después de una larga noche de intersticios, es que para él, el Joe Arroyo, es superior a Johann Sebastián Bach, así como lo oyen, ahora le toca a ustedes averiguar dónde lo dijo y bajo qué circunstancias lo dijo. Todo lo que el vallenato puede dar, es siempre el argumento del cual me valgo para decir: que cuando un acordeón se abre de par en par, es porque estamos frente a la posibilidad que encierra la totalidad de las cosas: el amor, la amistad, el olvido, el cantar de los gallos, el patio donde la parranda vallenata toma forma y se convierte en poesía, en nostalgia.
Sin contarlo todo, también hablamos de las categorías Kantianas, de los desmedros de Heidegger, de las ínfulas de historiadores y mecenas de la historia como Weber, incluso de ¿por qué? la izquierda en Colombia no triunfó, incluso de por qué las mujeres se aburren de escuchar siempre lo mismo acerca de todo y de nada, ¡pobre filósofos!... total la noche es superior a los ladridos de perros flacos como nosotros, en eso de las corrientes de pensamiento que arrebatan todo cuanto sobre sale en los morros suramericanos, lo que realmente marco el sentido de la jornada fue, hablar de mujeres, de pasiones fallidas, y sobre todo de la poesía de Nicanor Parra, nuestro poeta andino.
Al hablar de mujeres, nos damos la posibilidad de sentir el calor de lo extraño, de un beso que no fue erótico sino cálido, suave, de despedida, incluso el tedio que produce leer cualquier obrita de nuestros congéneres que rasgan sus vestidos cuando aún no tienen piel de asna, o sea, de burra, todas esas cuestiones colindaron con esa estupenda noche entre amigos, hermanos en la poesía y distintos por nuestros orígenes: Bogotá, Manizales, y Curumaní.
Pero también quiero darle el sentido a ese Bello animal que por cuestiones de la semana mayor, toma cierto significado, en un absurdo de la raza borrica, la cual cargó sobre sus hombros al hijo de Dios, sí, al todopoderoso hecho carne, al de un Dios que ha propiciado tanto desmanes en la historia humana, puesto que si a alguien hay que juzgar sería a Dios, no por ser Dios, sino por abusar de su poder al permitir juzgar tanto al hombre como a las tímidas bestias que han dado tanto de que hablar a judíos y costeños, entre tanto, el vallenato continua siendo lo único que fuerza a decir, que en sus letras existe y entraña el verbo, la sumisión del hombre a la mujer, al juego, a lo universal y divino como es estar entre amigos unidos por una pasión llamada: poesía.

martes, 12 de abril de 2011

A PROPÓSITO DE: ¿DÓNDE ESTÁN LOS FILÓSOFOS?

¿Hermeneutas o argonautas de la filosofía?




Y ¿Dónde están los filósofos?, suena a lo mismo que decir o preguntar y ¿Dónde está la constitucionalidad?, o la democracia, o los dineros del fisco nacional, o los responsables de los crímenes de lesa humanidad, o los bárbaros del paramilitarismo o las guerrillas los cuales se han ido más allá de los límites de lo tolerable, aunque en el juego de la guerra no hay nada que tolerar.

Todo esto viene a cuento porque en la edición Nº 66 de la Revista Arcadia se tomaron el trabajo de buscar en sus madrigueras, u oseras académicas a lo más versado de la filosofía colombiana, y uno de ellos el primero de la lista da una respuesta que más parece un responsorio religioso que una postura sería frente a la realidad que debe asumir cualquier persona docta o no, y es ¿cuál es nuestro papel dentro de los límites de lo razonable en la “democracia” más antigua del mundo?, [Me refiero a la colombiana por supuesto]; aunque la respuesta dada por este fulano deja en perplejidad al más agnóstico, pues, no es más que los monosílabos de un lisiado, o un entristecido por aquello que se le sale de la cabeza, o no le cabe en ella, rayando en la indecencia y el indecoro.

La pregunta deja abierta la discusión. Además permite colegir los abismos que encarna el ser del sujeto en cuestión, es decir, el precipicio de lo irreconocible nos sumerge en las aguas de lo abstracto y lo concreto de la realidad colombiana. El fuego de la acción en tanto que posibilidad de ahondar en la cuestión de los principios de la razón como espíteme de la correlación entre el mundo y la vacuidad de la que surgen junto con los fantasmas de sí se puede hablar de filosofía en Latinoamérica, nos es otra cosa que el imaginario colectivo del que filósofo es un personaje extraño a su mundo, a su medio, a su raíz latina o sudamericana, es decir, un tipo de dandi mal vestido, de barbas ampulosas, bufanda, y paraguas a desmedro de lo inglés.

Deja claro además el por qué y el para qué de una nueva forma de asumir la postura filosófica del sujeto colombiano. Pues, se le es más fácil entablar una especie de idolatría adánica o judaica donde los salones de clase son el templo donde se rinde culto a la masa del pensamiento forjado en los albores de la cultura griega, medieval y finalmente de Europa.

Este tipo de conducta entraña (me refiero a la del filosofo ausente) el fenómeno de la mutabilidad de conciencia al tomar como propia las teorías que fueron elaboradas bajo el sustento de las ciencias europeas, y con el ingrediente final de la concepción religiosa de los padres de la iglesia católica, guardianes por excelencia de la industria universitaria en casi todos los países latinoamericanos, o lo que viene a ser lo mismo un acéfalo que repite a pie juntillas un colosal responsorio de elucubraciones dignas de un poseído por los demonios de la ciencia y la fe el cual jadea como un demente que ve a Dios y sale energumeneizado por su resplandor, y grita babeante soy: FILÓSOFO,-tamaña bellaquería digo yo.

Tal pesadez de pensamiento (mirar a Europa aún con un caleidoscopio de servilismos doctrinario) nutre el alma y las articulaciones de los procesos de cognición de la vasta comunidad colombiana que asume como principios los cánones forjados a fuego y sangre por los artífices de las políticas sociales y globales del mundo contemporáneo, los cuales están en estrecha relación con el animismo filosófico de las goteras que serpentean el horizonte del mundo actual. De ahí que la postura del filósofo no es otra cosa que la de un individuo inexpresivo en su conciencia, en su amor de sí, y en su vanidad epistemológica que lo subyuga y lo sesga a la hora de asumir roles políticos y humanos.

Si doscientos años de penurias existenciales y normativas luego de la mal llamada libertad de los pueblos amerindios, no son suficiente material de trabajo para que nuestros filósofos esculpidos en los talleres de la santa y docta humanidad académica estallen –ellos– sus cerebros abombados contra los muros de la realidad actual y pasada, entonces que le piquen caña para que mastiquen hasta más no joder sus profundas doctrinas del saber, o que hagan más bien lo que hizo el poeta rupestre de José Asunción Silva cuando regresó de la París de impresionistas y artistas de alto turmequé, a las desoladas callejas de la Bogotá andina y colonial.

Es decir, que se fusilen así mismos enterrando sus cabezas en el cieno de los Crímenes de Estado, desplazamiento, corrupción, asesinato de líderes y periodistas, guerra entre partidos, narcotráfico, delincuencia juvenil, prostitución infantil, paramilitarismo, mala educación, guerrillas, gobierno de familias y banqueros, políticas de estado, presidentes asesinos e intervencionismo extranjero, puesto que algo así hizo temblar los intestinos del mismísimo Emmanuelito Kant, y vea lo que parió: la luz perpetua de la razón. ¡Ea! Pues, despertaos, que la partera del mundo os reclama mis filosofitos de papel.

El ruido de la luz-filosófica en cabeza de estos filósofos se convierte en un río que zarandea el aljibe que engulle y encierra las ideas, motivando la creencia de que la practicidad-lógica del hombre europeo corre por su espíritu aborigen. La cuestión radica en cómo romper en dos el constructo fálico de toda la literatura filosófica que se esparce como pandemia intelectual en todos los salones perfumados de las elites filosóficas en Colombia, –bueno si es que tal cosa existe acá–; tal ruptura presupone salir del aclimatamiento al cual están acostumbrado estos filosofastros, pues, además suelen ellos (los filósofos) mirar de reojo, o lo que es peor a nutrir en los cerebros de sus estudiantes la masa de caracteres estilísticos desde los presocráticos hasta Ralws y Habermas, –bueno– me detengo en estos últimos porque encarnan el tumor de la libertad y la democracia que añoran los hijos de la miseria y el abandono en que nos tiene la nueva social-democracia-utilitarista-liberal y global; y una vez salen de sus sarcófagos institucionales estos filósofos van a las calles, y no son más que un punto en el grueso populacho que llegan a sus casas a interactuar con el mejor amigo del hombre: el televisor. O en el peor de los casos a cantaletear a sus mujeres con sus logros ideológicos e idiomáticos.

Para terminar puesto que esto es un Blog, se toma muchas veces el rol del filósofo al modo de un elemento singular el cual busca dentro de sus limitaciones: espacios, formas, lenguaje, metáfora, pesadez, locura, amor, odio, fe, silencio, perpetuidad, desaire, milagros, vértigo, oscuridad, risa, amargura o una relación quizás más ligada a la acción, a la participación de las coyunturas que amacizan la posibilidad de pensar nuestra historia, su peligro radica en que busca todo lo anterior en los confines de los textos, los inter-textos, la exégesis, la lógica, en la descripciones fenomenológicas del primer y segundo Heidegger por citar a alguien, mientras la vida se les descuelga de las vísceras al seno de la nada.

Se les busca al menos para gritarles que hacen rumiando aquello que les envenena el alma. Y aún así quedamos en las mismas con la pregunta sin resolver, ¿y dónde están los filósofos?; por de pronto jugando a las escondidas con el Δαίμων de la verdad, de la ciencia y del ser. Seres incapaces de lo trágico y mucho menos de la poética, quizás por ello nos es más fácil hablar de hermeneutas que de argonautas de la filosofía en Colombia.