viernes, 28 de diciembre de 2012

REFLEXIONES FILOSÓFICAS FRENTE A UN PROSTÍBULO






I
Hay en algún lugar del mundo
una habitación solitaria
donde al lado derecho
una mujer inquieta me espera,
el humo del cigarro desvanece el velo de su pie,
su mirada rueda entre las mesas
y las sillas vacías,
las paredes le hablan
y las horas se alejan, llevándose
en las uñas algo de su cuerpo
algo de su pecado
algo de su vida
algo que se vende
algo que se compra
en las vitrinas de la noche.



II

La sonrisa se pierde en la placa de los buses
cada avenida tiene una historia
de sueño y tragedia.
Las ventanas se alejan de pronto,
el viento se relaciona con los cuerpos
en un abrazo invisible.
Los gritos de libertad y
el dolor del silencio expulsan
una lágrima de Satán llenando
océanos y mares podridos y perdidos.
Y yo aquí, observando la geometría de tus pies
las estrellas húmedas de la constelación de tus labios.  

MISERIA








Solo poseo las moscas de colores
que sobrevuelan las llagas blancas
de mi alma ennegrecida,
los demonios que atan rosas
en cada una de mis cicatrices,
y unas alas que tejo con la ilusión de Icaro.
Me pertenece un mundo
quebrado en el cristal de un reloj
una mujer que no existe
pero que se desnuda a diario
en la habitación de mis sueños,
un perro que ha muerto cansado
de observar todas las canas
en cada una de mis vidas.
Poseo la escalera para subir
o bajar el recuerdo o el Leteo,
tengo la historia de mi propia epopeya,
el faro que odian las balsas y aman los corsarios,
solo poseo el jardín muerto
de un viejo loco y demasiado eterno.

LA HUIDA





Había decidido marcharse cuando la cortina se cerrara y la oscuridad flameara en las paredes de la casa. Cojeaba de su pierna izquierda y en su mano derecha llevaba unos guantes de cuero sin pulir, observó por última vez la pica al lado de la cama y la pala en la sala. Salió lentamente sin hacer ruido y tomó tierra del patio que guardó en una bolsa negra, mientras una lágrima danzaba por su rostro cayendo al piso y formando una pequeña laguna que la brisa secaba con un afán cómplice.
Pensó en tomar el camino más cerca y dejar atrás cualquier cosa que lo hiciera prisionero, entonces, decidió que era necesario correr al campo, donde le sería más fácil esconderse y volver a nacer en un medio diferente, que no fuera tan trágico como del que huía. Una estrella en el cielo grisáceo empezaba su canto de descenso y una luz lívida reflejaba una sombra lacónica en la hierba húmeda que se diluía en medio de los arbustos. Las huellas seniles de sus pies se esparcían como el rocío en una tortura amorosa a la arena recién humedecida.
Aquella temporada había dejado sembrada una estela de cadáveres que eran pisoteados por la fría sonrisa de unas enfermedades estériles, que tenía un aspecto de alimañas dulces formadas en un laberinto de oscilaciones anormales, llenando de vaguedades cada tramo de tierra que pisaba. Aún recordaba el rojo escarlata de la pica que se secaba lentamente y los ojos de angustia que lo observaban haciéndolo sentir culpable de cada mirada que se perdía en las tinieblas de las fosas, seguían con el y su marcha. El camino entonaba la canción del viajero con un coro de aves nocturnas que en un aria cantaban: Adios!
Por momentos sentía la pérfida alucinación de la noche anterior donde libraba una lucha feroz por permanecer en la certidumbre acongojada, que lo llevaba hasta el final de la jornada. La locura de aquel momento se restregaba en sus recuerdos y escuchaba las agonías vagabundas de los años anteriores; se mantenía de pie con una ilusión erradicada con la soberbia de sus propios deseos, desnudando las mujeres para luego penetrarlas con la burla sediciosa del instante perdido, absorbiendo la hez de frutas podridas y dibujando en sus ideas la horca de cuello dorado. Sus ojos se perdían en la grosería infinita de un cielo manchado y preñado de sueños sin locos, con pintores deambulantes que matan a dioses vestidos de putas y cabalgan en medio de las danzas llevando una vida de idiotas sin ideas que se derraman en nauseas de partículas acuosas, con la derrota de los mares perdidos en los desiertos.
Seguía con la bolsa negra en las manos, la distancia lo observó y vio como se acercaba a un árbol seco. Se dirigió hasta él sin perderlo de vista, manteniendo la esperanza de caer en la destellante bruma de sus días y antes de llegar al árbol, lanzó un escupitajo sobre la arena, como escupiendo su propia naturaleza, su propia raíz. Era el momento de comenzar a dar el paso final. Sin poseer ningún remordimiento y ufanado por lo acaecido, tomó una seda y la llevó a una de las ramas, entonó la canción de cuna que su madre solía cantarle en las noches de insomnio, y empezó a crear en su mente las odiseas que había vivido. Con la punta de la seda que sobraba hizo una cadena que ubicó en su cuello, vio resplandecer los últimos astros en el cénit, su mirada cristalina se opacaba con su sueño de abismos, sintió el dedo suave de una mujer invisible que le cerraba los ojos y le narraba una leyenda de viajeros que huían de la necesidad de morir. Sus labios dejaron ver la sonrisa fresca del demonio desnudo. La sonrisa final para luego dejar que un sol diminuto explorara su sueño y dejara que la luz lo despertase para saber que ya no estaba en el sitio del que había huido. Allí encontró el rostro con los ojos de angustia, volvió a recordar la pica y la pala que dejó abandonada en la sala y cerca a la cama y esos mismos los ojos lo devolvieron a un árbol seco que poseía un olor nauseabundo que sobrevolaban cuervos de colores.              

domingo, 2 de diciembre de 2012

ACCIDENTE

                                                       



Son las 5:50 de la mañana, un tinto fresco saboreo mientras el sábado empieza
sin promesas, sin augurios, sin nada.
Eso se repite desde hace algunos meses para encontrar en el salón 227
una serie de rostros y sonrisas, de sueños y realidades
de alegrías y pocas tristezas.
Son las 8:00 am llego y van llegando ojos con sueños, dormidos
cansados, despiertos, alegres. Y de repente, de pronto, un frenazo insonoro se ha escuchado
la amistad ha golpeado a una decena a una veintena de almas,
las noticias no son precisas, en estos casos no existe la precisión, ni la verdad.
No venía en estado de embriaguez según la prueba que le realizaron,
el accidente tuvo como causa, ninguna causa.
La amistad es un accidente, un accidente que por fortuna no es punible,aún no se criminaliza en nuestras leyes.
Claro que no puedes ser amigo de Fidel porque eres comunista y ateo,
tampoco de los hermanos Nule porque eres en palabras castizas
un ladrón de cuello blanco disfrazado de contratista del Estado,
menos amigo de Timochenko porque eres como mínimo guerrillero,
porque pueden decir que eres terrorista, aunque te dediques
a generar terror con la única arma que posees: la risa, prima hermana del pensamiento.
Te aceptan que seas amigo de Ardila lule, aunque éste sea más siniestro
que cualquier otro, de Álvaro no importa que ande como ganadero vulgar dando órdenes como si gritara a las vacas, de Truman aunque éste haya ordenado lanzar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, por eso la amistad es un accidente.
A decir verdad, prefiero la amistad de Efra, de Mauricio, Gabriel, de Ana, de Lidia
que la de Santos, Obama, o Berlusconi, aunque a éste último le puedo aceptar
una de esas muñequitas de carne y piel con las que se divierte.
Que bueno es hablar y reír al lado de la niña Marce, Octavio, Liz, Gustavo, Lina,
Mónica, Dayana aunque ellas dos ríen muy poco; me quedé esperando
en esas horas, el movimiento de un ombligo, que al inicio prometió
jugar con nuestras miradas.
Debo confesar que hasta mi gusto estético cambió en estos meses, la sensualidad
y el erotismo provocador de los labios de Angelina Jolie, los cambié
por los labios pecadores, carnosos, transeúntes, y tardíos de Katherine.
A eso de pasadas las nueve irrumpía una risa prisionera que se ahogaba en la garganta
para no despertar las inquietudes intelectuales de las mentes activas. Una risa que
algún procurador con alma medieval de escucharla la llevaría a la hoguera
porque argumentaría que es un aborto del demonio y él eso no lo acepta,
sin saber que es la risa de un ángel que vio a Dios, bañarse desnudo
en la alberca de su casa y del ombligo le salían gusanos de ojos grandes.
Lo que cuento es lo que sucede en la escena del accidente,
solo soy un testigo que trato de ser lo más fiel posible a lo que aconteció,
que quede claro que es eso lo que hago y nada más.
En la parte lateral siempre se hacía la única persona que ha rebajado
a los argentinos a la etapa evolutiva del hombre-simio. Milena en cuya voz hasta un madrazo suena dulce, arrullador y uno le puede decir:
repetilo de nuevo que soy un hijue que, mientras pone una cara de tonto.
Además allí en la escena del accidente, también apareció el amor.
Así como Bolivar tuvo su manuelita, y no digo Manuela porque puede darse
para confusión y creer que nuestro noble libertador tenía inclinaciones onanistas
cosa que la historia no afirma ni niega, Napoleón su Josefina, Dante su Beatriz, Neruda su Matilde.
Gabriel tendría su Gabi, un amor que puede hacerle competencia
a cualquier cantante de Pop, porque es un amor GAGA.
La amistad es un accidente. La amistad al igual que el amor es la única batalla donde es una desgracia
salir ileso, ¿quién lo logró? No creo que María Helena, con nombre de la mujer amada de Girondo lo haya logrado,
¿quizá Dolly, el zorro alias Juan Diego, Jeisson, María Consuelo, Luz Adriana,
Pedro, Rosemberg? Ellos tampoco, porque un eco resuena en los restaurantes y cafés,
cuando ya se ha alejado el aroma a galletas de amapola y el pelo rojo de atardeceres.
La amistad es un accidente legalizado por celestinas, alquimistas y brujas,
y para que no digan que he utilizado un lenguaje provinciano, pobre, vulgar, de barriada,
entre nosotros quedan las palabras de la filósofa que si bien no nació en Alejandría
se llama Constanza, quien decía: “bovis parva semper est vitellus”
también puedo usar los latines para mostrarme docto. Y seguir las normas APA con citaciones directas
interpretar su máxima: que es una invitación a seguir siendo niños, sólo así una vaca pequeña siempre será ternera,
con ella aprendí que la hembra del cangrejo es Nidia Constanza.
Que accidente más trágico el que se dio en el 44A
produjo estas palabras mal escritas, porque no dan cuenta de los sueños,
de las alegrías que rebotan en las paredes, de los ideales y altruismos
que las víctimas poseen, sólo contienen un llamado a cada uno de ustedes:
llenen de plumas las alas de los niños, para que cuando jóvenes
sean tan fuertes que puedan volar tan alto que sientan el viento de la libertad.
Porque deben dejar para nosotros los hombres comunes las cosas posibles, y
ustedes mis carísimos amigos, hombres y mujeres extraordinarios
luchen por alcanzar las cosas imposibles.
que su voz sea un canto a la vida, que la vida sea fuerza en vosotros,
no olviden que la amistad es la herramienta didáctica con la que se puede enseñar mejor
que la educación debe servir para la libertad, que nada es más libre que la risa.
Hoy nos dan de alta y cada uno irá por el mundo creando sueños o pesadillas, libertad o esclavitud, encantando o desencantando el mundo,
eso depende de nosotros. Y todo porque los sábados a las 5:00 am nadie sabía que ocurriría un accidente
y a las 5:00 pm ese accidente era un sortilegio de risas, un conjuro al tiempo y lo monótono.