lunes, 22 de octubre de 2012

LA POLÍTICA ELECTORAL Y NUEVA ERA



Por: Daniel Alberto Cardona Gómez

A mediados del año 2010 fui invitado a acompañar un curso sobre Praxis, política y fe en una universidad Católica de la ciudad de Bogotá, para tal fin, considere pertinente retomar la paradoja constitucional respecto del artículo 41, resalte especialmente que para el año 1886 la orientación curricular de la formación ciudadano estaría en manos de la Iglesia católica y que después de la promulgación de la constitución política de corte liberal del año 1991 y el de la ruptura del concordato se dejaba en manos secularizadas la formación del ciudadano.
Por otra parte, la nueva carta magna coloca sobre la mesa un nuevo orden caracterizado por la emergencia de un nuevo actor político el cual hoy no  cabe la menor duda ocupa el principal horizonte de influencia gubernamental en los países occidentales, a saber: el mercado.
Todo lo anterior me llevó  al interrogante: ¿Cómo es la formación política que desarrollan las universidades católicas dada divergencia de estos especialmente en lo ideológico con el liberalismo político que el artículo 41 de Constitución demanda? En el trascurso de ese año emprendí la tarea de mirar los currículos de cuatro de las universidades católicas mas prestigiosas de la capital colombiana, con excepción de una, todas las instituciones abordadas cumplían las demandas institucionales de formación política y ciudadana no a la luz de la jurisprudencia sino desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia Católica.
Análogamente se desarrollaban en la época las consultas de opinión presidencial que favorecían especialmente a Antanas Mockus como el próximo presidente de la Republica de Colombia, sin embargo en la jornada electoral y en primera vuelta el entonces candidato Juan Manuel Santos supera por encima del 50% los votos del primero.
Los estudios electorales posteriores demostraron que la mayoría de las encuestas fueron realizadas en sectores de opinión tales como las Universidades, se afirmo también que la “ola verde” fue insuficiente dejando un precedente de lo líquido de las intenciones políticas electrónicas, finalmente se aseguro que la favorabilidad del candidato estaba en grandes sectores de menores de edad.
Sea cual fuere la razón, lo cierto es que las encuestas demostraron que algo ocurría en la relación participación política – juventudes, pues es evidente que el poder en estas democracias se gana con votos que al parecer y siguiendo a Jaime Garzón, acompaño a estas elecciones ese sentimiento de pesimismo frente a la política que más que un pesimismo es una actitud “comodísima” de los colombianos en donde escudan lo que el mismo Mockus denunciaba: “el atajo político”, la ley del menor esfuerzo, dejar que otros decidan…
En la actualidad vemos que mientras algunos sectores dejan en manos de la evangelización los temas de la incidencia política y la toma decisiones, otros aprovechan la coyuntura para alcanzar la fuerza política que se necesita para lograr verdaderos cambios, los estructurales.
En el trascurso del curso mencionado con anterioridad, invite a participar a representantes de un partido político cuya génesis es el seno de una profecía en el seno de una comunidad cristiana no católica. El movimiento para entonces acepto la invitación pero con una condición, nos ser asociados con la iglesia cristiana de la cual no había nacido y esto es fácil de entender, en el momento los medios de comunicación los asociaban con vínculos con paramilitares y dineros ilícitos.
Profundizando mas en el tema (etnografía) conocí las escuelas de gobierno del partido caracterizadas por estar comprometidas con el cambio moral que este país necesita, claro desde la perspectiva cristiana que la iglesia defiende, debo aceptar me sorprendió el nivel académico de sus miembros, el liderazgo y la claridad de sus propuestas políticas. Pensé que sin duda seria una fuerza política sin precedente en algún momento de la historia del país. Ahora bien, las pasadas consultas internas de partidos mostraron si lugar a dudas la fuerza política del movimiento cristiano en mención, superior a los partidos políticos tradicionales y convencionales.
Para finalizar quisiera ilustrar con una anécdota la paradoja política que intento no explicitar pera dejar entre líneas  más que un mensaje una reflexión. Esta mañana en un canal católico, una ferviente cantante en medio del fervor espiritual decía que “los malos católicos terminan siendo protestantes”, por otra parte en una reunión con amigos del movimiento político al cual pertenezco, se decía con razón que los votos se ganan con dinero y que por ello era necesario hacer amistades con empresarios a pesar de que a estos últimos realmente y a causa del neoliberalismo veían la cuestión política dentro de la agenda de responsabilidad social corporativa, es decir, el Estado cada vez está más reducido a un ejercicio de control inter-corporativo. 
¿En manos de quienes estamos dejando el manejo político del país? ¿Quiénes son los que deciden? ¿Estamos considerando esto en el desarrollo curricular de las escuelas y universidades? ¿no será más bien que la actitud pesimista frente a la política es el triunfo de las oligarquía que siempre nos gobiernan? 
Mientras algunos refunfuñan o se divierten pidiendo tamales a los candidatos en son de broma para poner de manifiesto su des interés por el futuro del país, mientras algunos otros resisten de mil maneras pintorescas e irrisorias, yo noto que nuestra amiga quien veía que los protestantes a malos católicos se verá gravemente desilusionada cuando se dé cuenta que estos están tomando las decisiones en el país y que han comprendido la enorme responsabilidad de que las iniciativas no solo de tipo emocional sino en el orden de un mundo real y tangible.
Finalmente considero que la gran desazón de la política es que ya no se cuenta con los grandes metarrelatos que explicaban las transformaciones coyunturales del país, una nueva era en la que los dioses han huido, el quinto sol, la era de acuario, la emergencia del próximo de los dioses solares o quizá el fin de la descendencia de los mismos, el inicio de una nueva era, de una nueva casa… “la era de la media Luna”…. Te digo que esto tampoco te gustara amiga cantante.    

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