I
Hay
en algún lugar del mundo
una
habitación solitaria
donde
al lado derecho
una
mujer inquieta me espera,
el
humo del cigarro desvanece el velo de su pie,
su
mirada rueda entre las mesas
y
las sillas vacías,
las
paredes le hablan
y
las horas se alejan, llevándose
en
las uñas algo de su cuerpo
algo
de su pecado
algo
de su vida
algo
que se vende
algo
que se compra
en
las vitrinas de la noche.
II
La
sonrisa se pierde en la placa de los buses
cada
avenida tiene una historia
de
sueño y tragedia.
Las
ventanas se alejan de pronto,
el
viento se relaciona con los cuerpos
en
un abrazo invisible.
Los
gritos de libertad y
el
dolor del silencio expulsan
una
lágrima de Satán llenando
océanos
y mares podridos y perdidos.
Y
yo
aquí,
observando
la
geometría
de
tus
pies
las
estrellas húmedas de la constelación de tus labios.
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