jueves, 10 de enero de 2013

LA CAVERNA Y LOS REALITY SHOWS



El 2012 ha pasado bajo las sombras de místicos y profetas sin mayores complicaciones, los empresarios del horror hicieron lo suyo, las agencias de viajes agotaron hasta las saciedad sus itinerarios y los menos atrevidos viajaron por tierra hasta sus destinos, era la última navidad en casa, al final como dicen los que saben todo no dejó de ser lo que la NASA predijo: “Simples despropósito de la fe”; aunque, algunos destetados se alzaron en vulgares oprobios en contra de las “predicciones” Mayas, gracias a los cálculos mal hechos la cosa al final no pasó de las múltiples conjeturas de la razón a las neolíticas profecías de nuestra incomprensión del Tiempo que lo desbarata todo, mírese por donde se mire el fin del mundo o el fin de la “Historia” cosa que plantea el títere de Fukuyama, no es otra joda que la “trampa del tiempo” en la cual nos tienen metidos religiosos, adivinos, políticos y canales de televisión, etc., el Tiempo para los Mayas es otra vaina, una cuestión que no está hecha para filósofos o científicos de la madre tierra.

Por consiguiente quiero hablar más bien de un fenómeno que nos está descerebrando aun más al poco público decente que nos queda en cada hogar colombiano: Los Reality Shows. Según un portal de preguntas y respuestas: [Un reality show, es un programa de Televisión donde se hace un espectáculo televisivo a partir de la cotidianidad o "realidad" del día a día de la vida de un grupo de personas. Por lo mismo algunos lo traducen como "telerrealidad”]; Ahora bien, en Colombia hubo un promedio de cinco de estos programas en el 2012, dando como resultado un proceso que se ha ido enquistando en la memoria urbana, rural y juvenil de todas y de todos, al punto de ser otro tipo de dispositivo como las pirámides o las economías para amas de casa y desempleados: los multinivel, es decir, que sólo se “enriquece” el que logre la cima del éxito, bueno esto gracias a los demás.

La idea central consiste en llevar al sujeto hasta un punto ciego, o punto sin retorno donde los códigos más íntimos de la persona se ubiquen en una dimensión ajena, creada, manipulada; para el caso colombiano la tarea no es difícil, pues, la idea de espectáculo no existe, lo que existe es una serie de formatos de competencia, de lucha, de segregación social, regional, étnica, política y cultural. El sujeto se mueve entre la fantasía y la interrealidad, pues, el sujeto solo busca desarrollar el concepto de la competencia en su máxima expresión, es decir, llegar al final del recorrido salvando una serie de obstáculos por medio de pruebas y dejando o pasando por encima de los demás competidores, ahora bien, el público permite configurar este tipo de prácticas mediante el “rating” o el consumo de la propaganda de productos para el hogar, el cuidado del cuerpo y la banca nacional. O sea, nada distinto a lo que ocurría cada cuando llegaban los gitanos a Macondo.

La cuestión del Reality aumenta en la medida en que es una nueva practica descarada de acumulación de riquezas de los medios televisivos gracias al “VOTO” vía celular, fortaleciendo de esta forma a los centros de poder mediático, a las estructuras pensadas en función de un público lleno de necesidades no satisfechas, o sea, calidad de vida, llenando más el corazón de penurias a los pobres imposibilitados que buscan ingresar a la industria musical o el modelaje, este tipo de programas buscan esencialmente elaborar o reforzar estructuras sociales pensadas en la idea de la felicidad, -el sueño moderno o post-moderno-, a fin de cuenta ya no se sabe dónde está o dónde se esconde el dios dinero, de ahí que el futuro como proyecto de vida, o la necesidad de triunfar ahora se erigen como las palancas universales de la economía global; -deje de criticar a las fuerzas productivas y lo invitamos más bien a que se sumerja en las tripas de los que sueñan y ganan-.

Pero la masa muscular del Reality va mucho más allá de la simple idea de ganar un premio o una posición dentro de la escala de valores económicos que sirve de zanahoria para que el asno o asna que logre cruzar el puente se comprometa con el canal o la productora del programa por un periodo no inferior a los cinco años; esta forma de esclavitud se legitima en la medida en que logra satisfacer cierto tipo de deseo de la familia, pues, la trampa consiste en tener la “aptitud del triunfador” del nadador que logra cruzar el río sin mirar hacia los lados, y la familia es la clave para que este tipo de formatos para televisión funcione, quizás Saramago cuando escribió la Caverna estaba desenvolviendo los códigos Mayas del fin como medio de la realidad imaginada que nos venden los medios y la televisión, o porqué no también la de los partidos políticos, o tal vez la de los tratados de libre comercio; pues, así como estaban encadenados los personajes que fueron hallados en los sótanos bajo un gigantesco complejo comercial en la novela del maestro José, de esa misma forma encadenan noche tras noche como en el mito de Prometeo a los miles de cíclopes que sin memoria se juegan el último suspiro de fe que les queda en los bolsillos mientras el carnicero afila el acero digital del deseo y la propaganda.

En la caverna nacional los esclavos se reflejan en los muros invisibles de las largas filas de imaginarios vencedores en un ultramar de concreto que los enajena y los llena por un instante de una atmósfera de vitalidad recreada como si fueran los más famosos del mundo; las luces y el oropel les conmueve las entrañas hasta hacerlos parir lágrimas que el sagrado corazón de Jesús no puede. Y así, en un silencio de día y un estruendo de noche, los millones de mirones juegan a la realidad untada de sueños, mientras los números y las cifras records llenan estadios completos una vez rueda la pelota; espectáculo o no, los Reality desplazaron el horario sagrado de novelas y novelones por un ramillete de desgraciados que sueñan con acabar con el hambre de ellos y el de sus familias.

Mientras tanto los Mayas continúan serios e inamovibles viendo como la rueda del tiempo se convirtió en la rueda de la fortuna de los más rico, a su vez los más pobres lazan improperios contra sus cabalas del fin del mundo asegurando de ese modo un nuevo Reality que se denomine: Desafío 2013 “La Reconquista Maya: EL RETORNO DE LOS DIOSES”, grabado en formato Cine no se lo pierda es hora de comenzar una nueva aventura...y más allá en el fondo de la caverna global solo se escucha el ja...ja...ja... del diablo que se tiñe de negro para que no lo vean lo niños mientras el fuego chispeante de las imágenes les quema la cabeza. 

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