viernes, 31 de diciembre de 2010

ODA AL CABALLO TRAICIONERO


Caballo, caballo traicionero
certero golpe, severo
le diste en la rodilla
a un ex mandatario montañero,
que pasará todo enero,
curándose a demás de su orgullo
el cruel atentado tuyo.
Tal vez te echó el tinto encima
y tú le pateaste, sin lástima
como la que él no tenía
y por eso disputas mantenía
con aquel que no pensara
que con la guerra bastara
dizque para conseguir la paz.
Por eso no fue capaz
de construir nación
y sí destruir a la oposición.
Tú, caballo relinchante
mírame o explícame
que te hizo él
acaso te envió Coronel
o quizás Valencia Copete
o aquel que se entromete
en acabar sin propiedad
su lema de seguridad.
Caballo desparpajado, caballo cizañero
caballo sinuoso traicionero,
que no te saquen de taco,
o te aíslen como a paraco.
Por atentar contra la figura
del hombre que con finura
en su twitter y con dulzura
lanza improperios resentidos
a todos aquellos que unidos
protestamos por agro ingreso seguro
el cual dejó al campo sin futuro
lleno de ruinas y pobreza
con campesinos llenos de tristeza.
Caballo terco y demente
equino brioso e irreverente
que cascó al presidente
de una era ardiente
de un gobierno autoritario
que de modo arbitrario
premiaba a los contratistas
por tan sólo ser uribistas,
en la gran repartija
de contratos que en valijas
desbordaban las arcas de unos pocos
que nos sacan hasta los mocos
por ganarse y con palanca,
tal vez un terreno en zona franca.
Caballo, –que te digo– caballito
de lomo alto, caballo bonito.
Actúas como magistrado
que al sentirse chuzado,
brioso y altanero
pateó al montañero
y no eligió su terna
en una guerra fraterna,
de justicia y ejecutivo
lo cual fue el caldo de cultivo
de un desorden tal
que atento la moral.
Que tengas suerte mi caballo,
que no te den el fallo
de volverte salchichón,
pues la orden es darle chicharrón
a todo aquel que atente
contra la brillante mente
de aquel que como Mesías,
regaló nuestras vías
dejando todo derrumbado
con un plan fracasado
y un ministro que ha rezado
y su pecado no ha lavado.
Gracias caballo traicionero
te digo que te quiero
que te llevaría a Argentina
o a Italia, a conocer la Cicciolina,
que vería provocada y tierna
el bulto de tu entrepierna.
Finalmente pido al cielo y si la suerte no falla
que algún día la corte de la Haya
lastime más que la rodilla
de alguien que como ladilla
nos hizo dar más piquiña
que el fenómeno de la niña.

1 comentario: