viernes, 24 de diciembre de 2010

PROPÓSITOS PARA EL 2011


El año llega a su final, es momento en el que muchos empezamos a recapitular acerca de los asuntos que aún quedaron pendientes y que esperamos solucionar con el cambio de año. Por mi parte y haciendo un concienzudo análisis de todo lo vivido en el 2010, tengo que decir con gran pesar que el 2011 es un año en el que tengo mucho por mejorar.

Como primera medida espero reconciliarme con la figura del presidente Santos, trataré de no cambiar de canal cada vez que lo veo en televisión o de mostrarle una fotografía suya a mi hija cuando no se quiere tomar la sopa. Era tal mi grado de paranoia con nuestro primer mandatario que hasta llegaba a cambiar de canal cuando salía el comercial del muñeco Nenuco.

Además es menester de todo buen ciudadano empezar a analizar a todos los candidatos por los que votaremos en octubre, pues es nuestra responsabilidad elegir buenos gobernantes. Por mi parte debo analizar las hojas de vida de candidatos como Enrique Peñalosa, que en una futura alcaldía suya no ganarían sólo los contratistas, también las cementeras y Colsubsidio. Los que no ven la alcaldía de Enriquito con muy buenos ojos serian los socios del Country Club, pues ellos no estarían dispuestos a ceder gran parte de su campo de golf, para la continuación de la carrera quince, y pensándolo bien –eso sería un mínimo cambio–, pues pasaríamos del golf a las golfas, que después de las diez de la noche pululan por la quince.

Por otra parte, me da miedo que si los Bogotanos le decimos sí a la candidatura de William Vinasco de pronto perdamos, -pues como en su programa de radio el que dice sí pierde-. O que tal David Luna, por mi parte yo no votaría por él, ya que los problemas que afectan la ciudad son cosas teóricas para él, pues no sabe que es un trancón en un bus lleno en la décima, con el temor a flor de piel cada vez que abren la puerta de atrás sin saber si quien se sube es un vendedor ambulante o una banda de atracadores, o un transbordo para ir al Lucero Alto en San Vicente, o estar en la sala de urgencias en el hospital de Meissen o del Tunal, un alcalde que ve los problemas de la ciudad desde lo que le cuentan sus asesores no es un alcalde conveniente. Pienso que a Bogotá le hace falta nombrar un alcalde que de verdad sienta los problemas de la ciudad en carne propia, y que no solamente lo afecte un atasco en la autopista norte o en la 26 cuando va para el aeropuerto. Los problemas de la ciudad son mucho más que eso. Por eso pienso que debemos nombrar a una persona del pueblo, bueno en realidad estoy pensando que debería ser yo el próximo alcalde, pero no creo que la gente nombre dos inútiles de seguido –¿o sí?–.

El próximo año además espero reconciliarme con Antanas Mockus, prometo sinceramente y de corazón ponerme a estudiar un curso de alemán con Jürgen Habermas, pues si logro entenderle a Habermas en alemán, les garantizo que le podré entender los discursos a Mockus.

Pero ahí no terminarían mis propósitos, prometo que me pondré a ver las producciones de RCN, para poder hablar con propiedad de la historia de nuestro país con el colombiano promedio y hacer parte del gran homenaje que le hacen a los colombianos por los doscientos años de la patria boba, –digo de nuestra independencia–, además como están preparando la vida de Bolívar, otra superproducción apegada a la verdad, que será protagonizada por Jaider Villa, y que contará las historias íntimas del libertador en el lecho de sus amantes, lugar en donde según los libretistas Bolívar de verdad ganaba batallas.

Además espero ayudar a que muchos colombianos alcancen la paz, es por eso que en el 2011 organizaré excursiones a Bolivia y cotejos de futboleros con Evo Morales, para que sepan que tan duro pega la izquierda de América Latina.

Al ex presidente Uribe, dejaré de llamarlo facho o montañero, es más dejaré de mencionarlo por su bien y por el bien del país, pues lo malo es mejor ni nombrarlo.

Profundizaré mi lectura de Wikileaks ya que sus informaciones nos abren los ojos, ejemplos son sus dos últimas revelaciones que dicen así: “Niños y niñas del mundo, Papa Noel y el niño Dios, no existen, sus regalos se los compran sus padres” o “Samuel Moreno pide una comisión para que lo investiguen, es del 20%”.

Son tantos propósitos para el 2011, que no acabaría de enumerarlos todos, cerrar ciclos es una tarea ardua pero satisfactoria, sobre todo para los funcionarios que firmaran contratos millonarios de última hora el próximo 31 de diciembre.

El destino no cambia por tirar papas debajo de la cama, usar ropa interior amarilla, leer pocillos con restos de chocolate o tirar copas de champaña de para atrás. El destino se cambia con decisión más que con contemplación. No nos dejemos timar por magos o brujos que nos venden pócimas para adquirir buenas energías. La buena energía que podemos conseguir es la solar, –no contamina–. Pero bueno, espero que todos ustedes cumplan sus propósitos para el año venidero, que yo trataré de cumplir los míos. Que tengan unas felices fiestas, que el otro año les aumente la prosperidad y el amor, y no solo el costo de los servicios públicos.

Porque el 2011 debe ser el año que nos traiga reflexión, unidad y una mentalidad más crítica, y que cambiemos muchas cosas de nosotros, no solamente los almanaques.

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