miércoles, 22 de septiembre de 2010

DEPENDENCIA Y CONTROL




Esbozos del principio hegemónico en Colombia


Desde el momento en que Cristóbal Colón se topo con lo que hoy se denomina las Américas la historia de nuestros territorios no ha cesado de contarse. De ahí que para el siguiente trabajo haremos un acercamiento crítico de cómo se desarrolló al interior de Hispanoamérica algunos de los momentos decisivos de la América española y cómo el capitalismo incipiente se fue desarrollando hasta encontrarnos con el fenómeno del cultivo de café en Colombia, el cual nos permite rastrear cómo la economía se convirtió en el elemento central del espíritu de una Nación dejando a un lado todo aquello que desde la revolución Francesa se promulgaba en todas las vertientes del continente: Fraternidad, Libertad e igualdad.
No es un secreto que quienes estuvieron detrás de la independencia de la Nueva Granada buscaban un fin especifico (Inglaterra) principalmente, es decir, que más que una autonomía para nuestros pueblos, lo que realmente estaba detrás de ello era el cambio de un poder a otro. España por aquel entonces (1800 y siguientes) se sumergía cada vez más en su incapacidad de seguir ejerciendo su dominio trasatlántico, de ahí que para Inglaterra país ya emergente con una revolución industrial óptima y con fines de crear dependencia de nuestros pueblos hacía ellos, empezaba aliarse con las poblaciones americanas para que gestaran su independencia, cuyo fin único era ejercer control comercial y de sometimiento económico: “[…] los comerciantes y terratenientes criollos se sublevan contra la imposición de un rey extranjero en unos casos o aprovechan la situación para colocarse del lado de Francia y romper los lazos con España, o alimentan sus esperanzas con Inglaterra y actúan de idéntica manera”[1] se actúa de idéntica manera, porque todos estos países de origen extranjero buscaban explotar los recursos naturales que no podían extraer de las Indias.
En Colombia por ejemplo se crea una división entre comerciantes (Nariño) y terratenientes (Torres), esto nos demuestra cómo la fractura al interior de las colonia es tierra abonada para que en 1810, -caso de Colombia-, se efectúe el primer levantamiento independentista que aunque nada importante para el reino de España, si sirve como la primera piedra para que Simón Bolívar con la ayuda de Inglaterra comande la gesta Libertadora. Vemos en este análisis que son las personas que poseen las tierras y el dinero producto del comercio, quienes se instituyen como los protagonistas de la historia política de la Nueva Granada.
Por tanto se reconoce que existe un interés económico en la independencia por parte de quienes, caso Antonio Nariño, y los que organizan las asonadas, las primeras revueltas en busca de la independencia, que finalmente se logra con el apoyo de las primeras potencias del mundo, todos ellos buscando mantener siempre, cierto dominio sobre los desposeídos: indígenas, campesinos sin tierras, esclavos, etc.; terminan ejerciendo dominio finalmente sobre los colonos desposeídos. Inglaterra participa activamente suministrando barcos, dinero, armas y estrategias de guerra contra la supremacía española en América. Lo cual nos demuestra, y nos permite evidenciar los primeros brotes de intervencionismos en el campo económico y político por parte de Europa en los escenarios nacionales de toda América.
No podemos hablar de autonomía en nuestras regiones después de la independencia, pues, es claro que los intereses, tanto burgueses como oligarcas estaban estrechamente ligados al interés de ejercer control por la fuerza: desplazando, asesinando, quemando y efectuando todo tipo de atropellos contra el colono, que no poseía ni las armas, ni los medios para defenderse: “Cada nación busca implantar sus propias leyes y constituciones, prohijada por las teorías del iluminismo francés y el constitucionalismo norteamericano.”[2] Reconocemos el fluido por decirlo de alguna manera, de las primeras venas que empieza a irrigar las arterias del capitalismo en las colonias, me refiero al comercio y la posesión de las tierras. Colombia no es ajena a estas tendencias liberales, de ahí que Bolívar encarna de algún modo tales ideas, y es respaldado en un principio por Tirios y Troyanos, pero luego de la independencia total, cada uno de estos dos frentes: terratenientes, oligarcas y burgueses toman el control gracias a las fuerzas militares de los destinos de la nación.
El país se va acomodando de cierta forma a las nuevas instancias reformistas y tendencias hacía el capitalismo. La nación entra en su horizonte más próximo, los pequeños, medianos y grandes latifundista luego de comercializar con el café y otros productos como el tabaco, se van encaminando hacía un país agrario y de exportación. Mientras otros renglones se van quedando en receso como la industria. El café principalmente, se toma el primer puesto y se instituye como el renglón que va a mover la economía y la entrada de divisas, tomando el control de los recursos que irrigan el corazón de la economía en el país: “La maquinaria y nuestra materia prima de origen industrial que importa nuestra burguesía se obtienen a cambio de la exportación de productos fundamentalmente agrícolas, el café constituye el 90% de estás y más del 60% del total de exportaciones.”[3]
Hay un elemento que se cruza con la supremacía del cultivo de café, me refiero al hecho concreto: la tenencia de tierras. La tierra después de la conquista se convierte en elemento que más sangre y dolor ha dejado a lo largo y ancho del territorio. Gracias al mediano y gran terrateniente el país se ha visto envuelto en lo que se ha denominado: la violencia. La violencia y el desplazamiento forzado son algunos de los ingredientes que se tomaron las tierras donde se cultivaba café y los convirtieron en lugares donde sólo se ejercía el dominio por la fuerza y la expropiación de las tierras: “… en muchas ocasiones esta gran hacienda cafetera se construyó mediante el desalojo violento de colonos frente a los cuales el terrateniente reivindicaba sus títulos de propiedad”[4].
La confrontación: terratenientes y pequeños caficultores, se fue cada vez volviendo el talón de Aquiles de los gobiernos de turno, quienes ante la amenaza de que los grupos de campesinos, jornaleros, recolectores y demás se convirtiesen en enemigos directos de los ingresos del Estado, de que los gobernantes preferían reprimir y aniquilar a todas esas fuerzas populares que reclaman sus derechos sobre sus pequeños latifundios. De allí que en este análisis quisiera dejar sentado que el matrimonio Estado-economía-tierras, sigue siendo la plataforma desde donde el interés del capital se ha formado en Colombia. Recordemos que ya Inglaterra, Francia y Estados unidos, -estos dos últimos- siguen siendo día por día hoy quienes continúan con sus intervencionismo directo sobre la política y la economía. La única respuesta que existió desde entonces es la violencia auspiciada por el Estado, el cual más que un reconocimiento a la inestabilidad de sus gobiernos se sentaron en el solio del poder por decirlo de alguna manera, para ejecutar todo tipo de acciones tendientes al dominio y supremacía de unas clases que hasta nuestros tiempos continúan con el control del Estado.
Antes de terminar quisiera insistir sobre el papel del intervencionismo de Estado que desde la época de colonia se viene ejerciendo en el territorio nacional. Me refiero al papel que Estado unidos ha venido desarrollando con el propósito de mantener en un estado de total dependencia al país de su economía, recordemos toda la manipulación que se hizo cuando el café era el producto o el reglón que más se comercializaba con ellos en la década de los cincuenta, la tarea del monopolio se fue constituyendo en el factor que más ha producido la dominación económica; medio bajo el cual los estados como este han desarrollado su poderío en el mundo. La industrialización, que no es otra cosa que la supremacía de las potencias industriales para mantener el control en la región es el resultado finalmente que tiene al país en el subdesarrollo por más de doscientos años. Pero sobre todo el dominio que ejerce con sus políticas Estado Unidos en Colombia se debe principalmente porque los gobiernos han estado siempre en manos de elites que sólo buscan perpetuarse en el poder.
De este modo la burguesía en el país ha dominado todos los renglones de la economía, para ello se ha valido de la tenencia de la tierra y el control de la mano de obra, resultado de la expropiación y el desplazamiento de los campesinos que no tienen como cultivar y tecnificar los terrenos actos para el cultivo. Por otro lado la ganadería también formó una especie de dominio para todo aquel que haciendo uso de la fuerza se ha quedado con gran parte del territorio acto para la siembra y la industrialización: “… la gran burguesía y la violencia contra el pueblo, violencia que muchas veces se emplea abiertamente, sin preocuparse de encubrirla, pero que ahora pretende imponer disfrazada de que toman los nombres de devaluación, erradicación del minifundio…”[5] A modo de conclusión nos queda claro que tanto el burgués-comerciante y el terrateniente desde las primeras décadas de 1800 siguen siendo, y ejerciendo un tipo de modelo de control sobre la forma como el capitalismo ha tenido en sus garras al campesino y los que no poseen ningún tipo de riqueza, es decir, el principio hegemónico se instaura bajo la primacía del control de lo jurídico y legal, por medio de los gremios, partidos, medios de comunicación, la iglesia y la clases altas de la sociedad burguesa.






1 L. González. Contribución a la Historia política de Colombia. Ed. La Carreta, Medellín, 1985, Pág. 34.
2 Ibíd. Pág., 41.
3 El café y el movimiento campesino: Asociación Nacional de Usuarios Campesinos.
4 Ibíd. op. Pág. 47.
[5] Ibíd. Op, pág, 71.

1 comentario:

  1. De este se busca reflexionar en torno a nuestros orígenes y desarrollar posturas críticas al fenómeno actual de violencia en que nos hallamos inmersos...

    ResponderEliminar