martes, 28 de junio de 2011

LOS BURROS ÁGUILAS DE LATINOAMÉRICA



¿Han visto alguna vez un burro trágico?, en forma luminosa Nietzsche sugiere que efectivamente ese ser es efectivamente el filósofo. Pero en esta ocasión no hablaré de esos señores palabreros. Voy a basar el siguiente texto en el mismo “animal” pero con otra ascensión. Hablaremos del Burro águila. En la última década Latinoamérica se ha convertido en un hervidero de especímenes, algunos de los cuales son más o menos más clarividentes que otros. Empecemos diciendo por ejemplo que Raúl Castro por ser el viejo de la comarca es el típico Burro águila. Es tradicionalista, experto en maquinismo y maquinaria, hace buen uso de los sueños y las dilaciones de este mundo, por ejemplo: el trabajo, la educación, la salud, el capitalismo, imperialismo, globalización, la masa obrera, el juego hegeliano del amo y el esclavo, en resumidas cuentas él encarna las babas marxistas que nutren el imaginario colectivo de las revoluciones que sólo sirven para beneficio de los adalides que viven como él, asumiendo ser los reyes que tanto crítica y gobierna como un esclavo al servicio de la gran industria global.

Otro Burro águila, es el señor Álvaro Uribe Vélez, animal por excelencia, diestro capaz de cruzar las fronteras de la muerte y el infierno, bestia animada siempre por las oscuras figuras demoníacas que lo acompañan en este mundo y en el otro, dejó un río indeterminable de corrupción política y estatal. Enfermo cretino que fue usado por otros más avispado que él, el FMI, Banco Mundial, Estados Unidos, la OEA, las mafias del narcotráfico, las multinacionales, las familias de generales y gamonales, aparte de lo que usurpo (tierras, zonas mineras y cocaleras) como todos los presidentes de este país, robó para él y su familia, sin mencionar las tácticas extranjeras en la compra y venta de armas, él parecía dominar, pero al final se dio cuenta que no fue más que un medio para que la DEA, consiguiera pasta de coca a muy bien precio en los llanos orientales de Colombia y otras regiones del país, y para que el dandismo regresara a Palacio de Nariño. Y sin contarle a este burro la línea vertical de muertos y desaparecidos, él va a terminar como el emperador Romano que:” llegó al poder como un zorro, lucho y lo defendió como un león y fue enterrado como un perro”.

Hugo Chávez, hijo del hambre y la miseria, soldado al servicio de la patria, también cuenta con sus dedos terribles las monedas que los españoles, gringos y demás no lograron llevarse. Despotrica a diestra y siniestra, pero al final también vende sus manzanas podridas al mejor postor, encarna el viejo ideal de la revolución que ya nadie recuerda. De los rusos quizás ha aprendido que el Estado es una bacinica donde todos devoran sus propias secreciones ideológicas, religiosas y sociales. Bate sus alas de militar y ruge como león cada vez que el populacho se arrastra hasta las puertas de todos los palacios de mierda que han constituido la base de las revoluciones de igualdad, justicia y fraternidad: a esa misma masa Lutero los llamó perros rabiosos, Fichte lo llamó ideal alemán, Martí en un despropósito de sus ideas: pueblo. Como siempre el burro por delante. Así son todos estos hijos de la bestia llamada humanidad.

También tenemos que hablar de Lula, Burro águila, con un motor ideológico que funciona con Bio-combustible, do Brasil, do Brasil… extraña corteza que flota en un mar de habla castellana, lejos como siempre de cualquier puente de madera, de sabores y olores amerindios, nada de sangre salvaje sino más bien un Estado grande, monstruo silencioso que bebe de las orinas terribles del imperio y la globalidad. Agazapado, Brasil, aguarda cuando el agua en el mundo merme, y cuando los bellacos de las potencias en el mundo económico y tecnológico dejen de brincar como sapos, este gobierno sabe que terminaran estrellados contra los muros de las selvas suramericanas. Lula como buen hijo de las favelas, sabe que la ventaja de todo subdesarrollo es la compra-venta de la miseria, pues es más beneficiosa que los costosos embelecos de la OTAN.

Otros burros águilas podrían ser Evo Morales, quien también fluctúa en esa línea de be or not to be, coca o no coca, ALBA o poniente, indigenismo o trasmigración del nuevo siglo veintiuno, -cómo si existiera otro-. Rafael Correa, briosa bestia que empuja su carreta hasta las puertas del infierno, hombre hecho a la medida de sus circunstancias. Ladra y mueve la cola, al igual que Fernández en Argentina. Mujer hecha para el vino y las galletas. Sebastián Piñera esperpento disfrazado del capitalismo, hijo del liberalismo salvaje y cuota bursátil de la gran economía mundial. Al Igual que Juan Manuel Santos, son buenas vidas, y lugarteniente de las oligarquías respetuosa del status quo, buenos comensales de la lepra social, y silenciosos topos que socavan los suelos en busca de carbón, coltan, oro, petróleo, esmeraldas, y todo aquello que aglutina a las ratas del hemisferio cerebral de la explotación sin control.

Y por último, aunque se me quedan otros burritos por ahí, quiero terminar con Felipe Calderón, insigne mentecato, un casquisuelto que mastica dólares y escupe pólvora al servicio de la gran Banca Mundial. Rebuzna pero se queda corto cuando la bestia en celo del Norte lo mira de reojo. Más que asno parece un rocín muy tieso y muy majo, claro ejemplo del español de sangre azul que apalea a los suyos a sabiendas que el diablo a veces besa la cruz y se confiesa. Todos ellos son celebres e ignorantes, imaginan que son Alicia en el país de las Maravillas, y olvidan que la protagonista de dicha fabula no masca paja, sino que sueña que todo es posible. Así que arre mis buenos cargas ladrillos que ser burro en estos tiempos es la consigna del viejo capitalismo, del cual tanto ustedes y todos: rebuznan.

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